¡Buenos días!
Como en días
anteriores siguen cruzando el cielo las nubes, sin obstáculo, enmarañando el
cielo, y se irán ennegreciendo conforme llegue la tarde, y dejarán caer
chubascos, o no, más o menos intensos a su voluntad. Parecen días idénticos,
pero en realidad son versiones distintas, con pequeñas variaciones, cual si de
mundos paralelos con casi similares condiciones de partida, lo que les otorga
su particularidad. La máxima prevista para hoy por los madriles será de 27ºC.
Por lo demás, entro en este matutino como suelo, pero intuyo que la maraña que
envuelve mis circunvoluciones cerebrales me despistará, como en un laberinto, y
me ponga difícil el poder salir. Seguro que con mis superpoderes lo consigo,
sea con los que conozco o con los inesperados que seguro aparecen cuando más
los necesite, por puro instinto.
Ayer por la tarde
estuve en el cine viendo una de animación. Se trató de "Spider-Man:
Cruzando el multiverso" ("Spider-Man: Across the
spider-verse", 2023), de Joaquim Dos Santos, Kemp Powers, Justin Thompson,
que es la secuela de una que vi este mismo fin de semana, no en el cine, sino
en la tele, pues es de hace cinco años, y que os glosé hace dos días: "Spider-Man: Un nuevo
universo"
("Spider-Man: Into the spider-verse", 2018), de Bob Persichetti,
Peter Ramsey, y Rodney Rothman. Es la primera película que veo de dos de sus
tres codirectores, y la segunda del segundo, Kemp Powers, tras "Soul" (2020), codirigida junto a Pete Docter.
El protagonista
de la anterior, Miles Morales, el nuevo Spiderman de la versión del mundo que
habita, recibe la visita de otra de las versiones, en este caso femenina, de la
que se enamoró y a la que esperaba no volver a ver pues eran de mundos paralelos,
y con la que coincidió anteriormente debido a la máquina construida por el
anterior malvado y que trajo por error a un grupo de Spiderman alternativos.
Ella se ha unido a un grupo de Spiderman que viajan a través de los diversos
mundos paralelos para tratar de salvaguardar el equilibrio multiversal y que no
sea alterado por saltos indebidos entre universos espaciotemporales. Pero ante
una nueva amenaza a ese statu quo, se verá enfrentado al resto de arácnidos
superhéroes (de cualquier género y condición).
Sobresaliente
película (nota: 9) que me fascinó, y que si no le pongo un
10 es porque me sentí timado, ya que creía haber ido a ver una película, no un
capítulo de una serie, pues acabó inacabadamente, anunciando siguiente
capítulo, como en los más burdos folletines, convirtiéndose ante mis ojos en
toda una metáfora del capitalismo, como idénticamente se dice en una de las
escenas de la película (por otro motivo). Mal que me pese, iré a ver la
siguiente, pero como baje, aunque solo sea un ápice del nivel alcanzado con
esta, en todas y cada una de sus múltiples y brillantísimas facetas, descargaré
aporreando en este teclado toda mi furia arácnida en su correspondiente y
eventual matutino, esperando sean llevados a chirona sus productores
responsables como alivio a mi adolescente frustración, multiplicada por cuatro,
pues mi edad es el cuádruple de la del protagonista cuando empezó esta saga.
Pero vamos a lo
que vamos, a glosar la película a medio terminar, por mucho que haya durado
unos largos 140 minutos, que dan para dos no muy largos largometrajes de 70
minutos cada uno, que se me pasaron en un suspiro, todo sea dicho, cosas de la
suma elasticidad de como sentimos el tiempo cada cual en función de nuestras
particulares vibraciones, cuánticas o emocionales, lo que viene casi a ser lo
mismo, pues ambas están más allá de la física y química tradicionales, como
también lo está la historia que se nos narra, más allá de las peripecias
superheroicas espacio-temporales, plenas de acción y entretenimiento, con
fabulosa factura formal, fastuosa calidad y variedad de animación, pues es uno
de los mejores retratos vistos por mí de como un adolescente que se siente
distinto necesita afirmar su identidad, frustrado en sus ansias de salir del
nido y cortar cordones umbilicales, casi que antes de tener plenamente formadas
sus alas, tratando de aprender a asumir los trompazos e inevitables sinsabores
de la vida, y de unos padres imperfectos que se desviven en hacerle pasar lo
mejor posible el trago a sus hijos, sin manual de instrucciones ni para unos ni
para otros, ni para nadie, a través del ensayo-error, sin posibilidad de volver
atrás para rectificar, salvo aceptar lo hecho, pedir perdón o poder dar
cuánticos saltos hiperespaciotemporales hacia atrás para intentar corregir. Por
algunos detalles como este último, por momentos, me recordó a una espléndida
serie televisiva española, con cuatro temporadas en RTVE, que me tenía
embelesado mientras la veía, "El Ministerio del
Tiempo"
(2015-2016-2017-2020) y de la que parece que los guionistas de la película
hubieran tomado bastantes referencias, y cuyos capítulos eran de 70 minutos,
por cierto.
Como me he
enredado hoy sobremanera con mi verborrea, iba a haber obviado las citas de
sabiduría ajena, pero se cruzaron en mi camino estas tres de otros tiempos,
pero que valen para este:
- "Lo peor que puede hacerse es cruzar el
precipicio en dos saltos". (David
Lloyd George).
- "Los jóvenes de hoy aman el lujo,
tienen manías y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, cruzan las
piernas y tiranizan a sus maestros".
(Sócrates).
- "Sé amable, pues cada persona con la
que te cruzas está librando una ardua batalla". (Platón).
Besos y abrazos,
Don.
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