miércoles, 12 de febrero de 2014

El lego matutino

¡Buenos días!

Desde luego soy profano, ignorante y desconocedor de muchas materias (también soy lego en el Lego, el juego de construcción con fichas), aunque supongo que en otras no lo seré; y también seglar, que eso de la religión no va absolutamente nada conmigo (incluso me ahoga). Así que el título debe referirse a mí mismo, un tipo ordinario, normal y corriente, a pesar de mi anormalidad, o precisamente por ello, y que no cesa de correr en pos de lo que bien le parece, como por ejemplo del continuo conocimiento. Por lo que respecta al clima, día tras día, últimamente el cielo no cesa de verse absolutamente enladrillado en gris oscuro, de compactas y monótonas nubes que no paran de chorrear lo que sea, lluvia o nieve, según el caso, y a través de las cuales no parece atisbarse aún la solar luz del cambio. Paciencia, todo se andará.

Este fin de semana estuve en el cine viendo una película de animación por ordenador. Se trató de "La Lego película" ("The Lego movie"), de Philip Lord y Chris Miller. De este par de directores ya había visto anteriormente otra de esa técnica: "Lluvia de albóndigas" ("Cloudy with a chance of meatballs", 2009).

Una figurita del juego Lego, un obrero de la construcción anodino, normal y corriente, y obediente de todas las normas que le dictan, es tomado por azar como un ser absolutamente extraordinario, que será el encargado de la salvación de su mundo, dominado por un mega-malvado tirano. Él no se siente nada preparado para tal misión, pero las circunstancias le van obligando.

Una buena película, entretenida, apta tanto para niños como para adultos, con algunas escenas especialmente divertidas y transcendentes, y con varios mensajes incluidos, con carga de profundidad. Se hace apología de la libertad creativa, sin constreñirnos a norma alguna (como hacen intuitivamente desde su más tierna infancia los niños cuando juegan, absolutos maestros de la diversión en todo lo que hacen); de las muchas y diversas formas de hacer las cosas, tan válidas la mayoría; de creer en nosotros para ser capaces casi de cualquier cosa, aunque nos pueda parecer que no podemos. Además, también se destila que cada uno tiene sus talentos, ni mejores ni peores que los de los otros, y que sabiamente combinados hacen que seamos invencibles en grupo.

Ahora algo de sabiduría ajena, que seguro nos ayuda a ser menos legos:

 - "La verdadera libertad consiste en hacer lo que tenemos que hacer porque queremos".  (San Agustín).

 - "Utiliza en la vida los talentos que poseas: el bosque estaría muy silencioso si sólo cantasen los pájaros que mejor cantan".  (Henry van Dyke).

 - "No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente curioso".  (Albert Einstein).

 - "Nuestra cabeza es redonda para permitir al pensamiento cambiar de dirección".  (Francis Picabia).

 - "Los hombres geniales empiezan grandes obras, los hombres trabajadores las terminan".  (Leonardo da Vinci).

 - "Sólo si me siento valioso por ser como soy, puedo aceptarme, puedo ser auténtico, puedo ser verdadero".  (Jorge Bucay).

Besos y abrazos,

Don.
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