¡Buenos días!
Desde luego soy profano,
ignorante y desconocedor de muchas materias (también soy lego en el Lego, el
juego de construcción con fichas), aunque supongo que en otras no lo seré; y
también seglar, que eso de la religión no va absolutamente nada conmigo
(incluso me ahoga). Así que el título debe referirse a mí mismo, un tipo
ordinario, normal y corriente, a pesar de mi anormalidad, o precisamente por ello,
y que no cesa de correr en pos de lo que bien le parece, como por ejemplo del
continuo conocimiento. Por lo que respecta al clima, día tras día, últimamente
el cielo no cesa de verse absolutamente enladrillado en gris oscuro, de
compactas y monótonas nubes que no paran de chorrear lo que sea, lluvia o
nieve, según el caso, y a través de las cuales no parece atisbarse aún la solar
luz del cambio. Paciencia, todo se andará.
Este fin de semana estuve en
el cine viendo una película de animación por ordenador. Se trató de "La
Lego película" ("The Lego movie"), de Philip Lord y
Chris Miller. De este par de directores ya había visto anteriormente otra de
esa técnica: "Lluvia de albóndigas" ("Cloudy with a chance of
meatballs", 2009).
Una figurita del juego Lego,
un obrero de la construcción anodino, normal y corriente, y obediente de todas
las normas que le dictan, es tomado por azar como un ser absolutamente
extraordinario, que será el encargado de la salvación de su mundo, dominado por
un mega-malvado tirano. Él no se siente nada preparado para tal misión, pero
las circunstancias le van obligando.
Una buena película,
entretenida, apta tanto para niños como para adultos, con algunas escenas
especialmente divertidas y transcendentes, y con varios mensajes incluidos, con
carga de profundidad. Se hace apología de la libertad creativa, sin
constreñirnos a norma alguna (como hacen intuitivamente desde su más tierna
infancia los niños cuando juegan, absolutos maestros de la diversión en todo lo
que hacen); de las muchas y diversas formas de hacer las cosas, tan válidas la
mayoría; de creer en nosotros para ser capaces casi de cualquier cosa, aunque
nos pueda parecer que no podemos. Además, también se destila que cada uno tiene
sus talentos, ni mejores ni peores que los de los otros, y que sabiamente
combinados hacen que seamos invencibles en grupo.
Ahora algo de sabiduría
ajena, que seguro nos ayuda a ser menos legos:
- "La verdadera libertad consiste en
hacer lo que tenemos que hacer porque queremos". (San Agustín).
- "Utiliza en la vida los talentos que poseas:
el bosque estaría muy silencioso si sólo cantasen los pájaros que mejor
cantan". (Henry van Dyke).
- "No tengo talentos especiales, pero sí
soy profundamente curioso". (Albert
Einstein).
- "Nuestra cabeza es redonda para
permitir al pensamiento cambiar de dirección". (Francis Picabia).
- "Los hombres geniales empiezan grandes
obras, los hombres trabajadores las terminan". (Leonardo da Vinci).
- "Sólo si me siento valioso por ser como
soy, puedo aceptarme, puedo ser auténtico, puedo ser verdadero". (Jorge Bucay).
Besos y abrazos,
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