lunes, 12 de octubre de 2015

Taxi matutino

¡Buenos días!

Otra mañana más en la que me subo a este vehículo matutino que me conduce doquiera que vuele mi imaginación, sin cortapisa alguna, y sin necesidad de levantar bandera que me imponga derecho de peaje alguno. El otoño parece que ya está aquí, con algo de retraso respecto al calendario, pero aquí al fin y al cabo, en esta muy gris mañana de lluvias y algo más frescas temperaturas, con máxima prevista de 18ºC por los madriles.

Antes de ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Taxi Teherán" ("Taxi"), de Jafar Panahi, y con él mismo y... no sé, que no había créditos al final del film y de milagro sé quién era el director, de quien he visto ahora su primer film, que ganó el Oso de Oro en Berlín. Es el tercero que rueda en la clandestinidad desde que le condenaron las autoridades iraníes a la cárcel (ya salió de ella), a no salir del país, ni a hacer nada en relación con el cine (rodar, escribir guiones, etc.), por ser crítico con el régimen en sus anteriores películas, amén de prohibirlas todas.

Un taxista va recogiendo diferentes clientes por las calles de Teherán, cuyas conversaciones registra con la cámara que lleva sobre su salpicadero, mientras muchos de ellos le dicen lo mal taxista que es. Uno muy cinéfilo, además, le reconoce. Es el famoso director de cine Jafar Panahi, y le pregunta si mientras trabaja como taxista está rodando un film en secreto.

Una muy buena película (nota: 7) este falso documental, rodado con mínimos medios, excelentemente tramado, a ratos comedia, a ratos tragedia, muy entretenido, rodado con actores no profesionales anónimos (para preservar su seguridad) donde se da todo un repaso (en ambos sentidos) de la cotidianidad de la gente de allí (sentido 1) y a las represoras autoridades político-religiosas iraníes (sentido 2), con un inteligentísimo humor de sutilísima ironía que no deja títere con cabeza; a la vez que también serpentea por los difusos límites que hay entre ficción y realidad y, cinematográficamente hablando, aquella y el documental; jugueteando además con las aberrantes normas del buen cine (y también en general) que se obligan a seguir en ese país, y que su sobrina le dicta en la propia película, utilizándolas, convenientemente retorcidas, para dar todo un collejón de raciocinio a sus fanáticos inquisidores, del que no sé si serán conscientes. Genial el robo, a modo de coartada, de la cámara al final.

Ahora algo de sabiduría ajena, a la que espero rendir tributo siempre:

 - "Las cadenas se rompen con ideas y no a bayonetazos".  (Concepción Arenal).

 - "Los tiranos no han descubierto todavía cadenas capaces de encadenar la mente".  (Charles C. Colton).

 - "El que lucha contra nosotros nos refuerza los nervios y perfecciona nuestra habilidad".  (Edmund Burke).

Besos y abrazos,

Don.
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