jueves, 27 de marzo de 2014

Los matutinos que me albergan

¡Buenos días!

En estos inmensos matutinos que cada mañana me acogen y me prestan toda clase de servicios y atenciones me encuentro la mar de a gusto, como así me sucede en estos días de revuelta primavera, bastante fresca y desapacible a poco que uno no se abrigue bien, pero que siempre nos deja en herencia unas monumentales ganas de disfrutar de la vida.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El Gran Hotel Budapest" ("The Grand Budapest Hotel"), de Wes Anderson, y con Ralph Fiennes, Tony Revolori, y Saoirse Ronan, entre muchísimos otros famosos actores más. Este film, que está inspirado en varias obras de Stefan Zweig, es el octavo largo de este director, de quien había visto tres de sus anteriores, "Moonrise kingdom" (2012), "Viaje a Darjeeling" ("The Darjeeling Limited", 2007), y "Life acuatic" ("The life acuatic with Steve Zissou", 2004), siempre con su muy estrambótica mirada que retrata la realidad como excéntricos universos de cuento.

En un país centroeuropeo imaginario, tirando al oriente, durante los años 30 del pasado siglo, poco antes de la II Guerra Mundial, se encuentra un lujosísimo hotel-balneario de montaña, donde un reputadísimo y servicial conserje, y también amante de las ancianas ricachonas que por allí se alojan con regularidad, acoge como protegido suyo a un botones recién llegado. Una de éstas fallece en extrañas circunstancias y deja en herencia al conserje un valiosísimo cuadro, ante la estupefacción e indignación de la familia, quedando ambos, conserje y botones, enredados en un tremendo lío de cruentas venganzas familiares por hacerse con la inmensa fortuna de la herencia.

Salvo con su anterior film, "Moonrise kingdom", el único suyo de los cuatro que he visto que me encantó en su totalidad, con el hoy glosado me ha pasado lo mismo que con el resto, no me dijo gran cosa, no le vi mucho sentido a esta peculiar comedia. Eso sí tuvo algunos momentos sueltos buenísimos o muy divertidos, y siempre su fascinante y minucioso universo visual y su estilo personal y auténtico, pero que esta vez tampoco consiguieron sacarme de mi desconcierto e indiferencia.

Ahora algo de sabiduría ajena, que espero acomodemos bien en nuestras entendederas:

 - "Por mi vida han galopado todos los corceles amarillentos del Apocalipsis, la revolución y el hambre, la inflación y el terror, las epidemias y la emigración; he visto nacer y expandirse ante mis propios ojos las grandes ideologías de masas: el fascismo en Italia, el nacionalsocialismo en Alemania, el bolchevismo en Rusia y, sobre todo, la peor de todas las pestes: el nacionalismo, que envenena la flor de nuestra cultura europea".  (Stefan Zweig, 1881-1942).

 - "Cuando viajo por Europa paso bastante tiempo en la habitación del hotel, repasando la cultura local a través de los programas de televisión".  (Bárbara Probst Solomon).

 - "El amor y la razón son dos viajeros que nunca moran juntos en el mismo albergue. Cuando el uno llega, el otro parte".  (Walter Scott).

Besos y abrazos,

Don.
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