¡Buenos días!
Tras varios días de sol sin tapujos y relativo frescor, la primavera, en su voluble devenir, ha decidido por ella misma, sin consentir que nadie le marque su camino, el nublarse un poquito y, ya que se pone, calentarnos otro tanto más, pues la máxima prevista para hoy por los madriles será de unos 25ºC; nubes que tal vez nos traigan nuevas lluvias en días posteriores. Y este matutino, de modo similar, lejos de cumplir con el refrán ese de "de tal palo, tal astilla" o "hijo de maguey, mecate", que se dice en México, no hace mucho caso de mi modo de ser y va a su bola cuando se le planta.
Este pasado fin de semana estuve en el cine viendo "Sujo" (2024), de Fernanda Valadez y Astrid Rondero, y con Juan Jesús Varela, Yadira Pérez, Alexis Varela, Jairo Henández, Sandra Lorenzano, Kevin Aguilar, y Karla Garrido. Es la primera película que veo de su segunda codirectora, y la segunda de la primera, tras su debut con "Sin señas particulares" (2020).
Sujo es un crío que queda huérfano cuando su padre, sicario de un cártel mexicano, es asesinado en un ajuste de cuentas. Su tía, para salvarlo de una muerte segura, lo esconde en una humilde casa de campo a las afueras de la ciudad, donde lo cuidará y criará. Cuando se hace adolescente, será tentado y acabará enredado como miembro de ese mismo cártel tras el rito de iniciación. Pero al poco, tras haberse metido en líos, acabarán por buscarle para asesinarlo, así que su tía lo embarca en un autobús hacia la capital para que trate de rehacer allí su vida lejos de ese ambiente de extrema violencia... ¿conseguirá cambiar su fatal destino?
Película interesante (nota: 5), pero que no me acabó de enganchar, al menos tanto como la anterior (estupenda) de su primera codirectora. Aunque sus maneras formales me parecieron muy buenas, se me hizo algo difícil de ver y amagó con aburrirme, en parte porque es bastante morosa en su desarrollo y además tanto el cerrado acento como la jerga local me impidieron entender lo que se hablaba bastantes veces (habría estado bien que la hubieran subtitulado). Narrada a ratos como en un brumoso sueño (principalmente al inicio y al final), las más de las veces es un retrato sociológico casi documental, aunque todo impregnado de matices poéticos. Nos habla de las abiertas heridas y cicatrices que va dejando por doquier la enquistada violencia de ese país, que no se muestra directamente, quedando fuera de campo sus retazos, y de lo difícil, muy difícil, que resulta conseguir salir de ese mundo por mucho que te empeñes, que aunque te vayas, viene a buscarte las vueltas.
Pues es un absoluto determinismo matutino que cuando este se acerca a los besos y abrazos os deje por aquí unas citas de sabiduría ajena, estas, que cogí al vuelo:
- "La sangre se hereda, el vicio se apega". (Mateo Alemán).
- "La educación, más que cualquier otro recurso de origen humano, es el gran igualador de las condiciones del hombre, el volante de la maquinaria social". (Horace Mann).
- "Educar para la convivencia. Educar para adquirir conciencia de la justicia. Educar en la igualdad para que no se pierda un solo talento por falta de oportunidades". (Josefina Aldecoa).
Besos y abrazos,
Don.
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