¡Buenos días!
Nada desatinado parece este tiempo otoñal que estamos teniendo, es más, me parece de lo más razonable, con estos últimos chubascos y tormentas que esta pasada madrugada han debido caer, aunque tampoco para volverse locos, porque yo tengo la sensación de haberlos soñado en mi onírico duermevela, pero el caso es que, aunque el sol va queriéndose abrir paso en este amanecer, el suelo está mojado. La máxima prevista para hoy por los madriles será de unos 18ºC. Pues sin más, doy comienzo a otro de mis desvaríos matutinos que, con mayor o menor sentido, van manando de mis entendederas y que voy dejando por aquí plasmados tratando de hacerlo con cierto gusto artístico (o no), aunque a veces piense que lo hago por un onanista anhelo, sin parecer importarme que pueda ser para los demás.
Este fin de semana estuve viendo en el cine "Daaaaaalí!" (2023), de Quentin Dupieux, y con Anaïs Demoustier, Gilles Lellouche, Edouard Baer, Jonathan Cohen, Pio Marmaï, Didier Flamand, Romain Duris y Agnès Hurstel. De este peculiar director francés había visto tres de sus anteriores películas, las más recientes, "Fumar provoca tos" ("Fumer fait tousser", 2022), "Increíble pero cierto" ("Incroyable mais vrai", 2022) y "Mandíbulas" ("Mandibules", 2020).
Una joven e inexperta periodista francesa consigue que el insigne Salvador Dalí acceda a ser entrevistado por ella, pero cuando llega a la cita y le pregunta si la entrevista será grabada con cámara, y le dice que no, que es para la prensa escrita, se levanta y se marcha sin más. Ella, en principio anonadada, pero inasequible al desaliento, insiste para concertar una segunda entrevista, en la que le asegura que esa vez ya será filmada, pero un nuevo contratiempo frustrará el éxito de su empeño, y así una vez tras otra, siempre inaprensible, como en un bucle infinito.
Película aceptable (nota: 5) esta comedia delirante y absurda, al más puro estilo de su director, y tanto como el propio Dalí, no biográfica (en sus propias palabras), en la que al inmodesto y excéntrico pintor (genio y loca figura) le interpretan aleatoriamente cinco actores distintos, y en la que se entremezclan la realidad (¿la realidad?), los sueños y la propia película en un perfecto caos de lo ilógico y de los sinsentidos. Comenzó con una escena, la de Dalí acercándose por el pasillo de un hotel para el encuentro de su primer intento de entrevista, que me pareció buenísima, pero sus altibajos acabaron por no engancharme en exceso, aunque la vi con interés, pareciéndome además que era una minipelícula dentro de otra, y esta dentro de otra, y así sucesivamente... y quien dice película dice sueños oníricos, lo que me trajo a la mente, no sé bien el porqué, la canción "Cine, cine" (1984) de Luis Eduardo Aute, por eso de relacionar cine y sueño, y la obra de teatro de Els Joglars "Daaalí" (1999), por eso de ser recreaaaaación del genial artista.
Aaaaahora, llegó el momento de la sabiduría ajena, con estas citas cual pinceladas de sensatez (o no):
- "El que quiere interesar a los demás tiene que provocarlos". (Salvador Dalí).
- "La modestia no es mi especialidad. Dalí solo es bueno porque el resto de pintores son muy malos". (Salvador Dalí).
- "Dalí es la droga, tómenme, porque soy alucinógeno". (Salvador Dalí).
- "Dios es solo otro artista, como yo". (Salvador Dalí).
- "Como (el propio Dalí) gustaba de repetir, Dalí no fue un surrealista: él era surrealista". (Agustín Sánchez Vidal).
Besos y abrazos,
Don.
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