martes, 9 de abril de 2013

Matutino sin contraindicaciones

¡Buenos días!

No sé a vosotros, que cada uno somos como somos, pero a mí no me ocasiona el más leve perjuicio la administración y toma de estos matutinos cada mañana, siempre con un traguito de agua previo; es más, suelen curarme de todas mis dolencias anímicas, e incluso de casi las físicas. Por lo que a vosotros respecta, os recomendaría que os tomaseis una pequeña dosis, cual si fueseis auto-cobayas, para ver si os producen alteraciones indeseables, antes de lanzaros a una adictiva vorágine en su consumo. En caso de haberlos, los efectos secundarios se os volatizarán enseguida ... o tal vez dejen huella permanente, como esta primavera parece hacer conmigo en estos días cada vez menos revueltos pero que me elevan a cada vez más altas cotas de euforia.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Efectos secundarios" ("Side effects"), de Steven Soderbergh, y con Jude Law, Rooney Mara, Catherine Zeta-Jones, Channing Tatum, y Vinessa Shaw. De este director de excelentes películas he visto la mayoría de su filmografía, desde que debutara a lo grande con "Sexo, mentiras y cintas de video" ("Sex, lies & videotapes", 1989), como algunas de sus últimas: "Magic Mike" (2012), "Indomable" ("Haywire", 2011), "¡El soplón!" ("The informant!", 2009), "The girlfriend experience" (2009), "Che: guerrilla" ("Che: part two", 2008), "Che: el argentino" ("Che: part one", 2008), "El buen alemán" ("The good german", 2006), "Bubble" (2005) ...

Una joven, casada con un adinerado broker que acaba de salir de prisión tras cuatro años, al haber sido condenado por un delito financiero, se sume en una profunda depresión e intenta suicidarse. Acude a la consulta de un psiquiatra que le administra una serie de antidepresivos, que le producen muchos efectos secundarios y tampoco mejora, así que decide recetarle una nueva medicación experimental que está en fase de análisis clínicos antes de salir al mercado, que en principio parece perfecta, pero enseguida sus acusados efectos secundarios devienen en tragedia. Se abre un juicio para determinar el responsable: ¿la paciente, el doctor, la empresa farmacéutica? ...

Una estupenda película, de impecable factura (fotografía, banda sonora), entretenidísima, un thriller de esos que te mantienen en vilo y sorprenden con giros inesperados, pues casi nada es lo que parece y terminas por dudar de quien dice la verdad y qué sucedió realmente. Con aires "hitchcockianos" y el trasfondo del mundo de la farmacología psiquiátrica, hace una crítica de refilón sobre el abuso de los medicamentos en las sociedades occidentales, en concreto sobre el desmesurado aumento del consumo de psicotrópicos "legales" en Estados Unidos, sobre la ética médica y sobre la avidez comercial de las empresas farmacéuticas, que fomentan su consumo, casi cual si fueran inocuas golosinas, cuyo mayor efecto secundario, si se abusa de ellas, es producir tan sólo posibles caries y diabetes.

Ahora algo de sabiduría ajena, a modo de prescripción para una mejor higiene mental:

 - "La felicidad del cuerpo se funda en la salud; la del entendimiento, en el saber".  (Tales de Mileto).

 - "La salud no es conocida hasta que es perdida".  (refrán).

 - "Si exagerásemos nuestras alegrías, como hacemos con nuestras penas, nuestros problemas perderían importancia".  (Anatole France).

 - "La mejor medicina es un ánimo gozoso".  (Salomón).

 - "El mejor médico es el que conoce la inutilidad de la mayor parte de las medicinas".  (Benjamín Franklin).

 - "Apolo, el dios de la medicina, solía enviar las enfermedades. En el principio, los dos oficios eran uno solo, y sigue siendo así".  (Jonathan Swift).

 - "La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas".  (Sigmund Freud).

Besos y abrazos,

Don.
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