sábado, 28 de octubre de 2023

Garzo matutino engarzado

¡Buenos días!

Más que garza de cielo raso, airosa y plúmbea se nos ha despertado la mañana con tanta nube gris deslizándose rauda al albur del viento, que seguro algunas gotitas de agua dejarán caer, según las previsiones, que también anticipan que la máxima para hoy por los madriles será de 16ºC. Por lo demás, aquí me tenéis, engarzando palabras para tratar de expresar más o menos coherentemente mis desparrames mañaneros.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una de animación del Studio Ghibli. Se trató de "El chico y la garza" ("Kimitachi wa dô ikiru ka", 2023), de Hayao Miyazaki. De este reverendísimo maestro japonés del cine, ya octogenario, había visto todas sus anteriores, "El viento se levanta" ("Kaze tachinu", 2013), "Ponyo en el acantilado" ("Gake no ue no Ponyo", 2008), "El castillo ambulante" ("Hauru no ugoku shiro", 2004), "El viaje de Chihiro" ("Sen to Chihiro no kamikakushi", 2001), "La princesa Mononoke" ("Mononoke-hime", 1997), "Porco Rosso" ("Kurenai no buta", 1992), "Nicky, la aprendiz de bruja" ("Majo no takkyûbin", 1989), "Mi vecino Totoro" ("Tonari no Totoro", 1988), "El castillo en el cielo" ("Tenkû no shiro Laputa", 1986), y "Nausicaä del Valle del Viento" ("Kaze no Tani no Naushika", 1984).

En las postrimerías de la II Guerra Mundial, tras un bombardeo en Tokio se incendia un hospital, donde muere la madre de un chaval. Junto con su padre se trasladan a una pequeña ciudad, de donde era originaria ella, a la mansión familiar, donde conviven con la hermana de la fallecida que pasará a ser su nueva madre al casarse con su padre. En sus correrías encontrará un caserón con torre semiderruido, le rondará una garza que terminará por hablarle y empujarle a entrar allí, especie de portal a otro mundo, donde conviven espíritus de los antepasados ya fallecidos junto con otras extravagantes criaturas plenas de vida.

Buena película (nota: 6) que a pesar de algún que otro desconcierto que me produjo me mantuvo fascinado con su exquisita técnica de animación y admirando la poderosísima belleza de sus subyugantes imágenes, con algún que otro sublime momento. Sin embargo no es de las que más me ha cautivado de este insigne genio del cine (según las acepciones 4, 5 y 9 del diccionario de la RAE), pues además de que por momentos no entendía nada, aunque me dejara llevar muy placenteramente por su desbordante fantasía, me pareció ver una especie de reciclado de partes de sus anteriores películas, e incluso de otras de otros directores de Ghibli, como por ejemplo la escena inicial que me recordó mucho a otra similar de la magistral "La tumba de las luciérnagas" ("Hotaru no haka", 1988) de Isao Takahata. Aun no teniendo esta vez a una heroína como protagonista, marca de la casa, destila algunos de los temas esenciales en su cine, como eso de no romper el equilibrio de la naturaleza si no queremos destrozar el planeta, y consecuentemente a nosotros mismos, y nos habla de maduración vital, de aceptar la muerte como parte de la vida, y de esta y del arte de bien vivir mirando adelante. A pesar de algunos de mis pesares con esta película, siempre estaré rendido al arte de Miyazaki, y de Takahata, ya fallecido y cofundador de Studio Ghibli.

Pues antes de irme volando, aleteando más o menos grácilmente, ahí os dejo estas citas de sabiduría ajena. Aunque volveré hoy mismo, en horario vespertino, como últimamente suelo hacer tras haber visto una del mítico Studio Ghibli, para poner actualizada la relación de sus películas:

 - "Si un pajarito te dice algo... debes de estar loco, pues los pájaros no hablan".  (Les Luthiers).

 - "No puedes evitar que el pájaro de la tristeza vuele sobre tu cabeza, pero sí puedes evitar que anide en tu cabellera".  (Proverbio Chino).

 - "Amigos míos, pedid a Dios la alegría. Sed alegres como los niños, como los pájaros del cielo".  (Fiódor Dostoievski).

Besos y abrazos,

Don.

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