martes, 10 de octubre de 2023

Matutino en chino

¡Buenos días!

Pues no, que lo entiendo perfectamente, no necesito achinar los ojos, ni las entendederas, para conseguir hacerlo, que me sale sin esfuerzo. Así que aquí estoy otra mañana más perfectamente integrado con otro de ellos, en la que por lo que se refiere a la meteorología parece que nos sigue tocando la china, cual si una pequeña piedra se nos hubiera metido en el zapato, pues seguimos teniendo por los madriles a estas alturas del año otro día de inusual verano, con sol, cálido viento del sur, noches tibias, demasiado para la época otoñal en que nos encontramos, y una máxima prevista para hoy de 27ºC, parece que bajando de aquí al próximo fin de semana... ya veremos.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Chinas" (2022), de Arantxa Echevarría, y con Daniela Shiman Yang, Xinyi Ye, Ella Qiu, Pablo Molinero, Leonor Watling y Carolina Yuste. Tercera película de esta directora, de quien había visto sus dos anteriores, "La familia perfecta" (2021) y "Carmen y Lola" (2018).

Comienza un nuevo curso en un colegio del madrileño barrio de Usera, donde en la misma clase coinciden dos niñas de 9 años de origen chino. No tienen nada en común pues, salvo lo anterior, nada las une, ya que una es hija de emigrantes que regentan un humilde bazar, es bilingüe, nació aquí, se siente totalmente española, solo piensa en integrarse con sus amigas y empieza a renegar de sus padres y su modo de vida; y la otra es adoptada desde que era un bebé por una pareja española acomodada, solo sabe español, pero se siente aislada y extraña en España (o en sus obligadas clases de chino, que no entiende), porque se ve diferente al resto en ambos mundos, y se empieza a preguntar por sus orígenes. La hermana mayor de la primera, ya adolescente, criada en su infancia por sus abuelos en China, comparte sentimientos de ambas en sus relaciones con sus amigas y los chicos del barrio.

Película interesante (nota: 5), aunque algo irregular, con sus más y sus menos, que con buenas intenciones nos hace un retrato de la comunidad china de modo algo parecido al que hizo con la gitana en su primera película la directora, en este caso con el añadido de un leve toque de multiculturalidad suburbial apenas esbozado. Me la deslució principalmente algunas escenas que más parecían de culebrón televisivo que otra cosa. En definitiva, nos habla de búsqueda de la propia identidad, de las maneras de integrarse... pero no solo en sentido unidireccional, que nosotros, los nativos, cortesía de anfitrión obliga, también algo tendremos que hacer, que es un tremendo dilema y trauma eso de no sentirse ni de aquí ni de allí. Por cierto, al respecto de las buenas intenciones que antes decía, atención al personaje de Carolina Yuste y su regalo de Reyes a una de las niñas, estupenda y sabia anécdota, parece que realmente vivida por la directora, en relación también con la última cita de la sabiduría ajena del final de este matutino.

Sabiduría ajena que seguro nos ayuda a tratar de seguir entendiendo este mundo nuestro, nos hable en el idioma que nos hable:

 - "Aquí soy extranjero porque nadie me entiende".  (Ovidio).

 - "El que emplea demasiado tiempo en viajar acaba por tornarse extranjero en su propio país".  (René Descartes).

 - "El conocimiento y la comprensión de los demás es sabiduría".  (Lao-Tse).

 - "El que quiera dar algo, que tenga cuidado de que los que acepten sean capaces de comprender cuál es el sentido de sus donaciones".  (Friedrich Nietzsche).

Besos y abrazos,

Don.

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