viernes, 24 de febrero de 2023

Cocinillas matutino al amor de la lumbre

¡Buenos días!

Voy a ver si consigo que estos matutinos de mi alma se pongan conmigo a aprender a cocinar, o a guisarse a ellos mismos, mientras yo me dedico a otros menesteres, encantado haciendo mis pinitos en el arte de elaborar buenos y gustosos alimentos para mi propio regocijo y el de los demás. Buen provecho. Pues eso, a seguir aprovechando las bondades de estos fríos días de invierno, que volvieron por sus fueros de nuevo desde ayer, y con ganas y apetito atrasado, en esta rasa, soleada y radiante mañana de viento cortante que nos madrugó al borde de la helada por los madriles (0ºC), donde está previsto que la máxima llegue hasta los 10ºC.

Ayer por la tarde terminé de ver en Netflix una serie de televisión, que desde ya mismo os recomiendo muy encarecidamente aun a sabiendas de que no será muy del gusto de bastantes paladares. Se trató de "Makanai: La cocinera de las maiko" ("Maiko-san chi no makanai-san", 2023), creada por Hirokazu Kore-Eda, dirigida por él mismo y otros, e interpretada por Nana Mori, Natsuki Deguchi, Ai Hashimoto, Takako Tokiwa, Aju Makita, Mayu Matsuoka y Keiko Matsuzaka. Consta de una temporada de nueve capítulos de entre cuarenta y cuarenta y cinco minutos de duración cada uno. Es una adaptación de la homónima serie de anime (2021) de Youhei Suzuki, a su vez versión del manga de Aiko Koyama.

De Hirokazu Kore-Eda, veterano cineasta japonés que me entusiasma y maravilla, todo un reverendo maestro del cine para mí, había visto los doce más recientes de sus anteriores largometrajes, a saber: "Broker" ("Beurokeo", 2022), "La verdad" ("La vérité", 2019), "Un asunto de familia" ("Manbiki kazoku", 2018), "El tercer asesinato" ("Sando-me no satsujin", 2017), "Después de la tormenta" ("Umi yori mo mada fukaku", 2016), "Nuestra hermana pequeña" ("Umimachi diary", 2015), "De tal padre, tal hijo" ("Soshite chichi ni naru", 2013), "Kiseki (Milagro)" ("Kiseki", 2011), "Air doll" ("Kûki ningyô", 2009), "Still walking" ("Aruitemo, aruitemo", 2008), "Hana" ("Hana yori mo naho", 2006), y "Nadie sabe" ("Daremo shiranai", 2004).

Dos adolescentes, amigas inseparables desde su más temprana infancia, llegan a Kyoto desde su pequeña ciudad de provincias soñando con convertirse en maikos (aprendices de geisha). Tras un tiempo en la casa escuela en la que se inscriben e instalan, las maestras ven que una de ellas no tiene madera para la profesión (la otra todo lo contrario), así que la recomiendan abandonar sus estudios, pero dado que ambas amigas del alma no quieren separarse y que hace poco la cocinera se jubiló, en lugar de seguir encargando comida a domicilio, le sugieren que se dedique a cocinar para todas ellas... tarea en la que demuestra una enorme habilidad y a la que se aplica con sumo esmero.

Sobresaliente serie de televisión (nota: 9), cocinada a fuego lento, el modo de hacer los mejores guisos, una absoluta delicia de lo más sensual (en lo que se ve, se dice, se oye, se respira y huele, y que te acaricia con sus texturas, puro umami), bellísima, sutilísima, que todo lo dice cuando los personajes callan, adorables y entrañables todos, femeninos y masculinos, que rezuman bondad por todo su ser, y de cuando en cuando hondísima sabiduría vital, pero muy especialmente las dos protagonistas, la muy achuchable cual osito de peluche Nana Mori (la cocinera) y el bomboncito Natsuki Deguchi (su íntima amiga), ambas un embelesador encanto... y los demás. Por ponerle algunos peros, en ciertos pasajes fue algo naíf y también incomprensible en otros, quizá cosas de nuestro desconocimiento de los ceremoniales y códigos de conducta de ese mundo, críptico, como suspendido en el espacio y el tiempo, levitando en su propia burbuja bastante ajena al mundo moderno.

A través de la reposada cadencia en la cotidianidad de estas mujeres nos habla de profundísima amistad y cariño, de familia no de sangre, de amores no correspondidos, y del buen cocinar y del disfrute en el comer al amor del hogar, donde parece no pasar nada, pero donde todo ocurre en la recatada intimidad de cada uno de los personajes, teniendo que estar atentos al más leve detalle de cada escena. Pura poesía en sus imágenes, delicadísimas, un éxtasis contemplativo, donde su condensado resumen, cual aromático consomé que entona el estómago para los platos que siguen, está en las imágenes que ilustran los títulos de crédito al inicio de cada capítulo, sublimes, arrobadoras; de similar modo a como lo fueron para mí, en otro muy distinto estilo, las de la serie española "Hierro" (dos temporadas, 2019 y 2021).

Ahora toca paladear estas citas de sabiduría ajena que otros cocinaron en sus entendederas para nutrir las nuestras:

 - "La vida interior necesita una casa confortable y una buena cocina".  (D. H. Lawrence).

 - "Es fundamental poner un poco de misterio en la mujer. La mujer, sin ese halo de misterio, es como un exquisito manjar un poco soso. Por fuerza hay que confesar que, en la noble cocina del amor, sin enigma no existe salsa ni sabor".  (Amado Nervo).

Besos y abrazos,

Don.

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