martes, 24 de abril de 2012

Milagro matutino

¡Buenos días!

Cada mañana deseo que se produzca uno y, efectivamente, así sucede siempre, pues ya el mero hecho de asomarme a esta ventana matutina y de asombrarme, cual si fuera un niño, de lo que sucede dentro de ella colma casi cualquiera de mis deseos. Casi de milagro, esta dulce primavera nos sigue regalando sus cotidianos dones, sin agobiar de calor, sin matarnos de frío, y siempre infundiéndonos de un esperanzado optimismo que nos permita afrontar lo que sea y culminarlo con éxito.

Este fin de semana estuve en el cine viendo una deliciosa película que desde ya mismo os recomiendo encarecidamente, muy encarecidamente que vayáis a ver, pues me cautivó con sutileza, como solo los orientales (del extremo oriente) saben hacer. Se trató de "Kiseki (milagro)" ("Kiseki"), de Hirokazu Kore-Eda, y con Koki Maeda y Ohshiro Maeda, entre muchos otros más. De este excelso director había visto tres de sus anteriores films: la también magistral y sublime "Still walking" ("Aruitemo, aruitemo", 2008), "Hana" ("Hana yori mo naho", 2006), y "Nadie sabe" ("Daremo shiranai", 2004). Así que me prometo tratar de ver todas las que pueda del resto de la filmografía de este director al que ya idolatro.

Dos niños, hermanos que viven en ciudades separadas cientos de kilómetros, cada uno con uno de sus padres, divorciados hace pocos meses. Entre ambas ciudades está a punto de inaugurarse una nueva línea de trenes bala. El mayor de ellos tiene el sueño de volver a vivir todos juntos otra vez, así que se deja convencer por la leyenda urbana japonesa de que la primera vez que se junten ambos trenes, el de ida y el de vuelta, en su punto de encuentro, si se está allí para verlo, se producirá un milagro y el deseo que se pida será cumplido. Con la ayuda de algunos amigos del colegio (que también quieren ver cumplidos sus propios deseos), y de algunos adultos complacientes, harán todo lo posible por encontrarse en el lugar adecuado en el momento oportuno para pedir sus deseos.

Una sublime y deliciosa película, divertida, cuajada de sutilezas, como siempre en este director, que al principio me desconcertó una pizca, pero que poco a poco me fue prendando. Una mirada de exquisita sensibilidad, sin olvidarse de las amarguras de la vida, al mundo infantil y a su proceso de crecimiento; un dulce pastel, de tan sutil dulzura como los que hace el abuelo de los dos niños protagonistas, para ser saboreado con sumo placer por aquellos, como a mí mismo me sucede, a los que les empalagan las sobredosis dulzonas.

Una maravillosa historia, sencilla y pausada, sobre el tránsito del crecimiento vital y de aprender que los grandes milagros prácticamente nunca suceden como algo súbito e inesperado, sino que a poco que sepamos mirar adecuadamente a nuestro alrededor, nos rodean a cada instante y al doblar cualquier esquina, en los pequeños detalles cotidianos. Me recordó, tangencialmente, por eso de los niños y los milagros, a otra maravilla de película "Millones" ("Millions", 2004), de Danny Boyle.

Ahora, algo de sabiduría ajena, con la que espero aprendamos a ver los milagros en todo lo que nos rodea:

 - "Aprenden que aunque se pida un deseo, no significa que el mundo vaya a cambiar [...] También aprenden que te puede gustar alguien, pero que tú no gustes a esa persona. Si han aprendido que todo eso es parte de la vida, entonces crecerán como personas. Personalmente, creo que ese es el milagro de la vida".  (Hirokazu Kore-Eda).

 - "Cuanto más vivo, más maravillosa se vuelve la vida".  (Frank Lloyd Wright).

 - "La imaginación de los muchachos es un corcel, y la curiosidad la espuela que los aguijonea y los arrastra a través de los proyectos más imposibles".  (Gustavo Adolfo Bécquer).

 - "El milagro de la existencia es lo más importante de cuanto hay en este mundo"  (Charles Chaplin).

 - "Hay dos formas de vivir la vida: una como si nada fuera un milagro, la otra como si todo lo fuera".  (Albert Einstein).

 - "Sacrifícate sin esperanzas de gloria ni recompensa. Si quieres conocer los milagros, hazlos tú antes. Solo así podrá cumplirse tu peculiar destino".  (Ludwig van Beethoven).

 - "Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías mientras aguardan la gran felicidad".  (Pearl S. Buck).

 - "La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días".  (Benjamín Franklin).

 - "El mundo está lleno de pequeñas alegrías; el arte consiste en saber distinguirlas".  (Li Tai-Po).

Besos y abrazos,

Don.
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