jueves, 23 de enero de 2014

Matutino hinchable

¡Buenos días!

Henchido estoy de estos matutinos, y de las inmensas ganas de vivir que me insuflan cada vez que vengo a ellos, a su afectuosa compañía, pleno de sus dones, sin el más mínimo hartazgo, mientras sigo descubriendo cual inocente niño el mundo que me rodea, sin acabar nunca de comprenderlo ni abarcarlo en su totalidad, flotando con levedad en su derredor. El invierno parece que se nos desinfla, haciéndose algo más cálido (máximas queriendo subir de nuevo de los 10ºC), pero es sólo una de sus aparentes expiraciones, que al poco seguro que vuelve a inspirar y coger fuerzas para tratar de nuevo de dejarnos lívidamente helados, cosa imposible al abrigo del nada tibio y muy cálido aliento de una buena y amorosa compañía.

Ayer no estuve en el cine, estuve en casita viendo una en DVD. Se trató de "Air doll" ("Kûki ningyô"), un film de 2009 de Hirokazu Kore-Eda, y con Doona Bae. Con éste ya he visto los seis últimos films de este excelso director. El mes pasado vi el último, "De tal padre, talhijo" ("Soshite chichi ni naru", 2013), y anteriormente, "Kiseki (Milagro)" ("Kiseki", 2011), la exquisita obra maestra que es para mí "Still walking" ("Aruitemo, aruitemo", 2008), "Hana" ("Hana yori mo naho", 2006), y "Nadie sabe" ("Daremo shiranai", 2004).

Una muñeca hinchable de tamaño natural vive en un pequeño piso de una gran ciudad japonesa con su dueño, un solitario hombre de mediana edad, que la trata como si fuera una persona real. De repente cobra vida y tiene un corazón (no físico, sino anímico) y sale a descubrir, con inocente fascinación, el mundo que le rodea. En su deambular, conoce a un dependiente de videoclub del que se enamora. Cada noche regresa a su hogar a cumplir su misión de amor sustitutivo para su amo, y cada mañana mientras él trabaja sale a seguir descubriendo y haciéndose preguntas sobre la vida, conociendo multitud de personas.

Una muy buena película que, a pesar de su hermosura visual y aire melancólicamente poético, no me enganchó al principio, pero poco a poco, a fuerza de la sutileza característica de los films de este director, fue entrándome su rareza, muy parca en palabras. De todas formas no fue redonda del todo. Una especie de fábula en la que se reflexiona acerca de la soledad de los individuos en las grandes urbes, de su vacío existencial, de las dificultades de comunicación y de relaciones afectivas que padecen bastantes urbanitas, de la necesidad que todos tenemos del aliento de otros, y de las semillas de bondad que vamos diseminando a nuestro paso por la vida, algunas pocas de las cuales germinarán si las condiciones son adecuadas, alentando la de otros.

Aunque esta película se centra en la muñeca y no en su propietario, por eso de tipos solitarios y extravagantes que compran una muñeca y la tratan como a una persona, me recordó a otros dos films anteriores que vi: "Lars y una chicade verdad" ("Lars and the real girl", 2007), de Craig Gillespie, y "Tamaño natural" ("Grandeur nature", 1973), de Luis García Berlanga.

Ahora algo de sabiduría ajena que nos infunda algo de aliento vital:

 - "Una buena vida es aquella inspirada por el amor y guiada por la inteligencia".  (Bertrand Russell).

 - "El amor consiste en dos soledades que se protegen, limitan y procuran hacerse mutuamente felices".  (Rainer María Rilke).

 - "Los hombres risueños son sanos de corazón. La risa es la sal de la vida; la risa de un niño es como la loca música de la infancia. La alegría inocente inunda como una catarata cristalina que brota inmaculada a plena garganta".  (Rubén Darío).

 - "Todo hombre considera su condición humana con cierto aire de melancolía".  (Ralph W. Emerson).

 - "Las grandes almas son como las nubes: recogen para repartir".  (Kalidasa).

Besos y abrazos (que recibo y doy),

Don.
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