lunes, 24 de diciembre de 2018

Ladronzuelos matutinos que tanto me regalan

¡Buenos días!

Bien lo sabéis, pues me roban el corazón, y buena parte de mi tiempo, pero tan bien me acogen y tanto me ofrecen que no puedo sino darles todo mi afecto, así, de gratis, y sin que tengan que quitármelo. Pues ya estamos de invierno de calendario, pero tan generoso que ha permitido quedarse con él al otoño meteorológico, al abrigo de estos días serenos, soleados (cuando consigue levantar la niebla), y sumamente agradables de pasear. La máxima prevista para hoy será de 14ºC, con madrugada rayana en la helada.

Este fin de semana estuve en el cine viendo una película que desde ya mismo os recomiendo encarecidamente, muy encarecidamente que vayáis a ver, no os la perdáis, que me entusiasmó, como no podía ser menos siendo quien es su director. Se trató de "Un asunto de familia" ("Manbiki kazoku"), de Hirokazu Kore-Eda, y con Lily Franky, Sakura Ando, Mayu Matsuoka, Kirin Kiki, Kairi Jyo, y Miyu Sasaki. De este director japonés, que me entusiasma y maravilla, todo un reverendo maestro del cine para mí, había visto las nueve más recientes de sus anteriores, todas cuando menos excelentes, a saber: "El tercer asesinato" ("Sando-me no satsujin", 2017), "Después de la tormenta" ("Umi yori mo mada fukaku", 2016), "Nuestra hermana pequeña" ("Umimachi diary", 2015), "De tal padre, tal hijo" ("Soshite chichi ni naru", 2013), "Kiseki (Milagro)" ("Kiseki", 2011), "Air doll" ("Kûki ningyô", 2009), la excelsa y sublime obra maestra que es para mí "Still walking" ("Aruitemo, aruitemo", 2008), "Hana" ("Hana yori mo naho", 2006), y "Nadie sabe" ("Daremo shiranai", 2004).

En un gélido día de invierno en un suburbio de Tokio, de regreso de uno de sus habituales pequeños hurtos en un supermercado, un padre y su hijo preadolescente se encuentran en la calle a una niña pequeña hambrienta y aterida de frío, cuyos padres no hacen mucha cuenta de ella, ni de su desaparición. La llevan a su muy humilde casa, pero la esposa no quiere que se quede, pues sería otra boca más que alimentar, ya que también viven allí su hermanastra y su abuela. Al final la mujer se encariña con la adorable niñita, y con su consentimiento (no quiere volver con sus padres) se la quedan. Son una familia feliz (de ladronzuelos) que sobrevive con dificultades debido a los míseros sueldos de sus trabajos basura, y a la ruin pensión de la abuela, por lo que necesitan complementar sus escasos ingresos con los latrocinios de todos.

Magistral película (nota: 10), drama que no lo es, o al menos no se siente como tal, otra sutil, sensible, sublime, exquisita y profunda historia, puro realismo poético pleno de hondura, de este excelentísimo director al que reverencio. Historia de una familia en el margen, en el de su apuradísima economía y en el de las convenciones sociales, y sin embargo feliz a su modo, que por pura necesidad no le queda otra que estrechar lazos, con amor, por muy circunstanciales que sean; de gente que quiere ser padres y no puede, o no le dejan, y de otros que pudiendo no quieren ejercer (y sus hijos bien que lo pagan). También de pobreza, de injusticia social, criticando soterradamente el estado de las cosas. Imprescindible película, como el resto de las de su creador.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, de esas que he ido birlando por ahí para contribuir a nuestro comunal beneficio:

 - "El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan".  (Pablo Neruda).

 - "Los lazos de la amistad son más estrechos que los de la sangre y la familia".  (Giovanni Boccaccio).

 - "No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos".  (Friedrich von Schiller).

 - "Los vínculos de consanguinidad no bastan para sostener las relaciones de afecto. Siempre tienes que poner algo más de tu parte".  (Hirokazu Kore-Eda).

Besos y abrazos,

Don.
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