martes, 17 de diciembre de 2024

Ahora que caigo, llega otro matutino

¡Buenos días!

Llevamos varios días, cuando ya quedan muy pocos para llegar al solsticio invernal, en que el otoño parece tan caído como ya lo están la gran mayoría de las mortecinas hojas de los árboles, bastante pelados en general, pues hace frío, con madrugadas al borde de la helada por los madriles, y hoy una máxima prevista de 9ºC, con algo de neblina mañanera, sol y algunas nubes el resto del día. Y en este clima llega a mí de nuevo otro matutino más, casi sin darme cuenta, todavía amodorrado por mi legañoso despertar, pero siempre, como los anteriores, como caído del cielo.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Cuando cae el otoño" ("Quand vient l'automne", 2024), de François Ozon, y con Hélène Vincent, Josiane Balasko, Pierre Lottin, Ludivine Sagnier, y Garlan Erlos. De este magnífico director francés había visto trece de sus anteriores largos, a saber: "Mi crimen" ("Mon crime", 2023), "Peter von Kant" (2022), "Todo ha ido bien" ("Tout s'est bien passé", 2021), "Verano del 85" ("Été 85", 2020), "Gracias a Dios" ("Grâce à Dieu", 2018), "El amante doble" ("L'amant double", 2017), "Frantz" (2016), "Una nueva amiga" ("Une nouvelle amie", 2014), "Joven y bonita" ("Jeune & jolie", 2013), la magistral "En la casa" ("Dans la maison", 2012), "Potiche, mujeres al poder" ("Potiche", 2010), "Swimming Pool (La piscina)" ("Swimming pool", 2003), y "8 mujeres" ("8 femmes", 2001).

Una mujer jubilada que vive en un pueblecito, al que se mudó desde París cuando se retiró hace ya algunos años, está recogiendo setas por el bosque cercano junto a su amiga de toda la vida. Ese día llega desde la capital la hija de la primera, con la que mantiene una complicada relación, para dejar a su nieto con ella durante unos días de vacaciones escolares. Los tres comen juntos, pero solo la hija come de las setas. Acaba intoxicada en el hospital y cuando le dan el alta tiene bronca con su madre, le dice que no confía en ella y se lleva anticipadamente al nieto con cajas destempladas. La mujer queda muy apesadumbrada por su desafortunado error, tanto que está empezando a dudar de si fue realmente un accidente por su parte, a culparse por ello. Al poco, el hijo de la segunda sale de la cárcel.

Estupenda película (nota: 8), esta comedia negra de brillante guion, que hila muy fino, tan retorcido y sibilino, cual si fuera un juguetón diablillo, como en algunas de las otras anteriores películas de este sobresaliente cineasta, que está entre mis elegidos, en la que hay crímenes (consumados o en grado de tentativa), o quizá no, quien sabe, con muchas sutilezas que quedan a la libre interpretación del atento espectador, que cada cual pensará esto o aquello. Nos habla de segundas oportunidades, de culpa y redención, de que la mejor forma de redimirse de males pasados es con buenas obras actuales; también de relaciones entre padres e hijos, con sus amores y odios, deseos de abrazarse o estrangularse (o envenenarlos), todo aquí llevado socarrona y presuntamente hasta sus últimas y delirantes consecuencias. Empezó pareciéndome normalita, pero a base de giros y nueva información que va aportando me enganchó cada vez más y al final me pareció entretenidísima, muy divertida, jugueteando mucho con mis entendederas.

Ahora, en la sección de sabiduría ajena, tan solo una cita, que creo que dice mucho de las cosas que pasan en la película, pues el resto que recogí se me debieron de caer sin darme cuenta por el camino, cual esporas:

 - "Cuando me entero de la muerte de uno cuya presencia no me entusiasmaba mucho, pienso: «Yo no pedía tanto»".  (Sacha Guitry).

Besos y abrazos,

Don.

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