¡Buenos días!
Hace días que ya echó plumas volanderas el otoño, revoloteando ante nuestros atónitos ojos, y ahora casi que está empezando a perderlas, aunque todavía los árboles conserven buena parte de sus rutilantes hojas mustias, hermosísimas, borrachera de color en los bosques, así que en este tímidamente neblinoso amanecer, que se disipará a medida que el sol suba, también lo harán las tibias temperaturas por los madriles, desde los 6ºC del alba hasta los 14ºC de máxima previstos para hoy. Y ya que llevo unas pocas líneas escritas, y vividas, de este matutino, especie de plumas que le van dando alas de cara a lo que le espera, trato de que aguante un rato más conmigo antes de que decida salir aleteando de mi vera tras los besos y abrazos.
Este fin de semana estuve en el cine viendo "Bird" (2024), de Andrea Arnold, y con Nykiya Adams, Franz Rogowski, y Barry Keoghan. Es el quinto largo de ficción esta directora británica, de quien había visto sus tres anteriores más recientes, "American honey" (2016), "Cumbres borrascosas" ("Wuthering heights", 2011), y "Fish tank" (2009).
Una chica de 12 años vive con su padre soltero, camello, recién treintañero, junto su hermanastro mayor (de otra relación de su padre) en una casa ocupada de un barrio suburbial. El padre no dedica mucho tiempo a sus dos hijos, que se buscan la vida por su cuenta. La chica se enfada mucho con él porque les anuncia por sorpresa que se casará en una semana, y mete a su futura esposa y a la niña pequeña de esta en la casa, así que tras el cabreo se va por ahí a dar una vuelta sola, y conoce a un hombre que le dice que se llama Bird y le pregunta por una dirección, le dice donde es, e intrigada con el extraño y enigmático tipo, le sigue para ver qué sucede.
Buena película (nota: 6), bastante original en sus formas, esta historia de la vida en los márgenes, de realismo social, sucio y crudo, algo sórdido, de miseria, hogares desestructurados, bandas juveniles, consumo de drogas, tener hijos demasiado pronto, maltratos y abusos, con la que al principio me costó empatizar, pero que hacia el final, donde sus toques de realismo mágico terminaron de tomar forma, empezó a gustarme mucho. Aunque se hace algo difícil e incómoda de ver, sobre todo al principio, seguí todo el rato con interés la peripecia de su protagonista. Peculiar retrato de la marginalidad, de la difícil adolescencia, del crecer y encontrarse a uno mismo, cosa que la protagonista consigue gracias al encuentro con el extraño.
Ya está aleteando este pipiolo matutino y pidiendo salir del nido, no sin antes cebarlo con estas citas de sabiduría ajena para un más largo vuelo:
- "Creo que sí mirásemos siempre al cielo acabaríamos por tener alas". (Gustave Flaubert).
- "La esperanza es esa cosa con plumas que se posa en el alma y canta sin parar". (Emily Dickinson).
- "El alma tiene ilusiones, como el pájaro alas; eso es lo que la sostiene". (Víctor Hugo).
Besos y abrazos,
Don.
_____
No hay comentarios:
Publicar un comentario