lunes, 9 de diciembre de 2024

Un matutino, ahí es nada

¡Buenos días!

Hace más frío, naderías si comparamos con lo que probablemente esté por venir por aquí y ya hace por otros lares peninsulares, pues nos vamos acercando al invierno, en el que ya estamos meteorológicamente aunque no astronómicamente. Sensaciones suavemente invernales las que hoy nos esperan con sus 9ºC de máxima prevista por los madriles, poco viento y sol con nubes. Por lo demás, nada me importa más que terminar de escribir este recién iniciado nuevo matutino, tan importante para mí como cualesquiera de los otros que han sido y serán, a los que dedico toda mi atención y cuidados, y que siempre me acompañan tanto y tan bien.

Este fin de semana estuve en el teatro viendo "Nada", basada en la novela homónima (1945) de Carmen Laforet, novela que no he leído (y me apetece leer de resultas de ver esta obra), adaptada por Joan Yago, dirigida por Beatriz Jaén, e interpretada por Julia Roch, Peter Vives, Manuel Minaya, Carmen Barrantes, Laura Ferrer, Amparo Pamplona, Julia Rubio, Pau Escobar, Andrea Soto, y Jordan Blasco.

A poco de terminar la Guerra Civil, una chica de 18 años, huérfana, llega desde su pueblo a la casa familiar de Barcelona, donde viven su abuela, su tía, sus dos tíos, la esposa de uno de ellos y su bebé, y la criada, envueltos en un ambiente de casi constante y agobiante tensión y violencia (psicológica y física), amén de pobreza y hambre. La visión idílica que tenía de ese hogar, venido a menos y que vivió tiempos mejores, cuando lo visitaba de niña, antes de la guerra, queda rota casi al instante. Ella comienza sus estudios de letras en la universidad, y allí hace su grupo de amigos, en el que se siente rara, pero es su refugio exterior donde se libera de parte de su angustia vital, donde conoce a la que será su mejor amiga y a otro joven que la pretende.

Espléndida obra (nota: 9), narrada (literalmente por la actriz protagonista) en primera persona, con minuciosas descripciones de ambientes, personajes y estados de ánimo, de modo parecido a cómo será en la que intuyo excelente novela de la que procede (su autora tenía 23 años cuando la escribió), sobre un abigarrado escenario, tanto de mobiliario como de diversos ambientes superpuestos, cacofonía de voces incluidas, con mucha fuerza e intensidad dramáticas. Me encantó esta triste mirada (femenina y sensible, juvenil a la par que madura) a las miserias de la época, sin esconder la sordidez, tanto por sus interpretaciones como por el cómo está montada y contada. Retrato de una juventud, y sus estados de ánimo, embebidos de bastante negrura y cierta angustia por el futuro, que siente que no encaja en ese mundo, pero con cierto aire de esperanza juvenil en un futuro mejor, que es toda un crítica social del momento y de cómo ciertos ideales platónicos, amores incluidos, se desmoronan al contacto con el opresivo ambiente, con la cruda realidad sin tapujos.

Ahora, sin nada más que decir por mi parte, dejo la voz a la sabiduría ajena, con estas citas, todas de la escritora y que supongo (al menos una recuerdo haberla oído en la obra) pertenecen a la novela:

 - "¡Cuántos días sin importancia! Los días sin importancia [...] me pesaban como una cuadrada piedra gris en el cerebro". (Carmen Laforet).

 - "Me parece que de nada vale correr si siempre ha de irse por el mismo camino, cerrado, de nuestra personalidad. Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, y otros para mirar la vida. Yo tenía un pequeño y ruin papel de espectadora. Imposible salirme de él. Imposible libertarme". (Carmen Laforet).

 - "Siempre hasta que me muera estaré volcada en los demás. Los querré y me querrán. Y al mismo tiempo estaré sola". (Carmen Laforet).

Besos y abrazos,

Don.

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