¡Buenos días!
Se nos enciende esta mañana invernal muy navideña, muy cortés, de ambiente nada farruco, esperando un día con flamígero sol y algunas nubes, y con una máxima prevista por los madriles de 15ºC, la niña bonita, la temperatura callejera perfecta para mí, grado arriba, grado abajo, que de hecho es rayana con la media global en nuestro planeta actualmente. Así que, de seguidillas, que no me queda otra, me pongo con este matutino a pulsar digitalmente sus cuerdas en forma de teclas, con ritmo sincopado, más que a palmear, siempre con la eterna duda de si me saldrá insolente y altanero, las menos de las veces, o comedido en sus maneras, tratando de agradar. En cualquier caso, si intentara desbocarse vería si puedo ponerle alguna brida, o mejor no, que la naturalidad es de lo mejor, guste o no, que morderse los labios, la lengua, nos podría intoxicar.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una película documental. Se trató de "La guitarra flamenca de Yerai Cortés" (2024), dirigido por Antón Álvarez, mucho más conocido por su nombre artístico, C. Tangana. Es su debut en la dirección de largometrajes.
Cuando C. Tangana conoce a Yerai Cortés queda completamente fascinado por su talento tocando la guitarra e intrigado por su vida familiar. Yerai es respetado tanto por los más tradicionalistas de su comunidad gitana, sabe cómo tocarles, como por los artistas más vanguardistas, ola de la que forma parte. Ambos deciden emprender juntos la grabación de un disco con las canciones de Yerai, en las que se abre a contar su familiar vida pasada, pasada por un tamiz lírico en las canciones, especie de catarsis y redención personal, a la par que ruedan este documental.
Buena película (nota: 6), con sus puntitos de originalidad, en la que se nos narra, con trasfondo costumbrista y bastante intriga, muy bien dosificada, el secreto pasado de la familia de Yerai, todo un culebrón, con insertos de piezas musicales en forma de vídeos musicales promocionales en vivo, muy naturales, sin artificios técnicos, que me encantaron en su mayoría y que fueron lo mejor de la película para mí (algunas piezas musicales me erizaron el vello), aunque alguna que otra entrevista también me encandiló, sobre la peculiar idiosincrasia de la familia y el mundo en que vivió Yerai, que se abre, como su familia, un tanto en canal, en lo que a emociones se refiere... todo en perfecta simbiosis con el cante hondo, o jondo, y también hibridado con matices modernos.
Bueno, pues llegó el momento de dejaros estas citas de sabiduría ajena, toda una gentileza de estos matutinos hacia nosotros:
- "En ocasiones la música tiene el poder de revivir los recuerdos con tal intensidad que a uno hasta le duele el corazón". (Haruki Murakami).
- "La música expresa aquello que no puede decirse con palabras pero no puede permanecer en silencio". (Víctor Hugo).
- "La música es el corazón de la vida. Por ella habla el amor; sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso". (Franz Liszt).
- "Desea poco, espera menos y procura tener siempre bien templada la guitarra". (Noel Clarasó).
Besos y abrazos,
Don.
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