Inmensa
suerte la mía por tenerlos a mi lado, apoyándome desde el limbo en que se
encuentren... el de mis propios desvaríos mentales que les dan forma, con algo
de dificultad, dados sus frecuentes desparrames. No se lo tengo en cuenta, pues
sé que es su manera de ser y a mí no me importa, es más, me encanta que sean
así, tan divinos. Quid pro quo. Es
más, lo mismo me pasa con la voluble primavera, que hoy, y en próximos días,
tan juguetona como siempre, vuelve a sus travesuras remedando el
otoño-invierno, con cielo gris, lluvias, y fresquete ventoso. La máxima
prevista para hoy por los madriles es de 13ºC
Este
fin de semana estuve en el cine viendo "Gracias a Dios"
("Grâce à Dieu"), de François Ozon, y con Melvil Poupaud, Denis
Menochet, y Swann Arlaud. De este director había visto ocho de sus anteriores
largos, casi todos estupendos cuando menos: "El amante doble" ("L'amant double", 2017),
"Frantz" (2016), "Una nueva amiga" ("Une nouvelle amie", 2014),
"Joven y bonita" ("Jeune & jolie", 2013),
la magistral "En la casa" ("Dans la maison", 2012), "Potiche, mujeres al poder" ("Potiche", 2010),
"Swimming Pool (La piscina)" ("Swimming
pool", 2003), y "8 mujeres" ("8 femmes", 2001).
Un
devoto católico de Lyon (Francia), en la cuarentena, casado y con cinco hijos,
descubre casualmente, y con gran sorpresa (y espanto), que el sacerdote que
abusó de él durante varios años cuando era un niño sigue tratando con chavales
(con monaguillos, en catequesis, en excursiones al campo, etc.). Prometieron
entonces a su familia que lo apartarían del trato con la infancia. Aprovechando
que el recién nombrado Papa Francisco manifiesta su intención de luchar contra
la pederastia en el seno de la Iglesia, escribe a su cardenal contándole su
caso con la confianza de que haga algo sobre la cuestión. Tras varios meses de
espera hasta ser recibido y ante la decepcionante respuesta de la jerarquía eclesial,
toma la decisión de denunciarlo ante la policía, aun a sabiendas de que el
delito ha prescrito, pero con la esperanza de que otros más jóvenes puedan irse
sumando y haya causa (judicial), pues sospecha que hubo muchos otros casos más
de damnificados por ese cura a lo largo de su extensa carrera... amén de la
también muy punible complicidad silenciosa (encubrir, esconder la basura bajo
la alfombra) de toda la curia (diocesana y pontificia).
Una
estupenda película (nota: 8), basada en el caso real de un cura francés que
abusó de al menos 70 chavales (que se sepa), necesaria revelación
cinematográfica, oportunamente estrenada en Jueves Santo, del calvario por el
que pasaron aquellos chavales, hoy hombres hechos y derechos, algunos de los
cuales resucitaron de aquel trance mejor que otros. Con serenidad, sin levantar
la voz, sin tremendismos, demoledora denuncia de las miserias de una
institución tan anquilosada que se va desmoronando por su propio peso, el de su
incomprensión... se creen Dios, lo que debería ser pecado para ellos mismos, al
menos de soberbia, y cual diletantes todavía no se han dado cuenta del mundo en
que viven.
Thriller
en su primera mitad, cuando se siguen los tortuosos intentos (sin premio) del
devoto feligrés, no por lavar los trapos sucios en la propia institución, sino
porque esta haga pública (y verdadera) contrición de sus pecados; y drama
testimonial en la segunda en la que se libera, a través de la palabra,
rompiendo el silencio, el pasado sufrimiento de las víctimas, arrojando un
chorro de luz sobre la muy turbia obcecación de la jerarquía eclesial por
disculpar lo moralmente (y judicialmente) condenable, por perdonar lo
imperdonable (por reiteración), silenciando muy feos crímenes. Víctimas que
formaron una asociación de afectados, cuyas acciones provocaron el cambio de la
ley en lo que respecta a la prescripción de cierta clase delitos (en Francia).
Ahora
en la sección de sabiduría ajena tan solo un agradecimiento con el que me
reafirmo, una autoafirmación, una autoconfirmación (mejor esto, pero sin
hostias de por medio, que soy pacífico):
- "Gracias a Dios, todavía soy
ateo". (Luis Buñuel).
Amén,
Don Luis. Besos y abrazos,
Don.
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