miércoles, 4 de diciembre de 2024

Exangüe matutino

¡Buenos días!

Absorto me tienen estos dulces días de otoño. Me dejo seducir por ellos. Me embebo de su orgiástica borrachera de colores en las copas de los árboles. Entregado, exánime, sin sangre, me dejo llevar, me dejo ir por este soleado y tibio (9ºC) amanecer por los madriles, en donde se espera una máxima de unos perfectos 15ºC. Por lo demás, espero que este matutino no me chupe toda la sangre mientras lo voy amamantando, tecla a tecla, con lo que mana de mis entendederas. Espero poder recuperarme de la sangría mental a la que me está sometiendo, con sumo gusto, incluso gustirrinín, por mi parte.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Esperando la noche" ("En attendant la nuit", 2023), de Céline Rouzet, y con Mathias Legout Hammond, Elodie Bouchez, Jean-Charles Clichet, Céleste Brunnquell, y Laly Mercier. Es el primer largo de ficción de esta directora francesa.

Un chaval de 17 años acaba de mudarse con su familia (hermana pequeña y padres) a una nueva casa, en un barrio de chalets a las afueras, cerca de un bosque. No es como los demás, es raro y retraído, y tiene necesidades especiales, pero tanto él como su familia, que trata de protegerlo sin mucho éxito, hacen todo lo posible por integrarse y parecer normales. Todo va bien hasta que el joven se enamora de su guapa vecina, lo que le pondrá mucho más difícil tratar de ocultar su verdadera naturaleza.

Muy buena película (nota: 7) que parece que nos cuenta una historia de vampiros, pero esto no es más que una excusa para hablarnos a través de este género fantástico de otras cuestiones la mar de interesantes, siendo más bien un drama familiar y romántico, nada de ñoñerías romanticonas, pues conecta en cierto modo con el estilo de las novelas románticas (estilo literario del siglo XIX), por ejemplo "El vampiro" (1819) de John William Polidori o "Frankenstein" (1818) de Mary Shelley, o incluso "Drácula" (1897) de Bram Stocker, además de recordarme también a una excelente película sueca, "Déjame entrar" ("Lat den rätte komma in", 2008) de Tomas Alfredson.

Como ya se deduce de lo anterior, no esperéis truculencias ni desenfrenada (ni descerebrada) violencia, pues aquí apenas hay horrores vampíricos, sino muy reales, pues nos habla del hecho de ser diferente (por comportamiento o modo de ser, discapacidad, depresión, etc.) y de que lo que debería darnos miedo es la presión social contra el diferente que trata de empujarles hacia la presunta normalidad, normalmente muy violenta (física o psicológicamente) en forma de acoso, abusos y demás, que en frágiles e inestables mentes adolescentes puede devenir en suicidio. También de irrefrenables adicciones (en este caso a la sangre) y de cómo minan la estabilidad familiar. Muy interesante película, en definitiva, que seguí con sumo interés.

Antes de que languidezca del todo este matutino, ahí os dejo estas citas de sabiduría ajena, que espero nos revitalicen:

 - "Después de su sangre, lo más personal que puede dar el hombre es una lágrima".  (Alphonse de Lamartine).

 - "El amor y la poesía me embriagan, inocentemente, como al tigre la sangre".  (Fernando Arrabal).

 - "El amor propio y todos sus derivados son tan necesarios al hombre como la sangre que circula por sus venas; y los que anhelan quitarle sus pasiones, porque son peligrosas, se asemejan a los que desean quitar al hombre su vida".  (Voltaire).

Besos y abrazos,

Don.

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