¡Buenos días!
Sigue con nosotros el invierno, y lo hace sin rigor, por mucho que los amaneceres de estos días ronden la helada por los madriles, pues el solecito, hoy abandonado por las nubes, ¡oh, cielos!, hará que la máxima prevista se eleve hasta los 11ºC, muy calmados, sin viento que nos destemple. Así que yo tampoco renuncio, asombrosamente, a mi cita con los matutinos, donde dejo constancia escrita de lo que me pasa por la cabeza.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Oh, Canadá" ("Oh, Canada", 2024), de Paul Schrader, basada en la novela "Los abandonos" ("Foregone", 2021) de Russell Banks, y con Richard Gere, Uma Thurman, Jacob Elordi, Michael Imperioli, y Kristine Froseth. De este veterano director y guionista había visto tan solo tres de sus anteriores películas como director, "El maestro jardinero" ("Master gardener", 2022), "El contador de cartas" ("The card counter", 2021) y "American gigolo" (1980).
Un veterano y prestigioso cineasta (de documentales de compromiso social), septuagenario estadounidense afincado en Canadá desde que huyo allí cuando joven, dejando atrás esposa e hijo, para no ir como soldado a la guerra de Vietnam, concede una última entrevista a un par de antiguos alumnos suyos de la escuela de cine en la que impartió clases, para un documental que están rodando sobre su vida. Está enfermo terminal de cáncer, con recurrentes ausencias mentales, y pide que su mujer actual, también antigua alumna suya, esté presente en la grabación, pues pretende que sea un testimonio a modo de redentor testamento en el que revelará secretos y errores vitales no confesados hasta ese momento.
Película interesante a ratos (nota: 5), un tanto irregular, en la que parece haber ciertos experimentos de puesta en escena no siempre bien logrados, por lo que a mí respecta. El relato de su protagonista se va desmoronando en trozos algo inconexos, sus recuerdos aparecen intercalados en fragmentos descolocados, entremezclando personas, como están en el caos de su embotada mente por los opiáceos que toma para mitigar su dolor, en donde realidad y ensoñaciones se confunden. Historia de un hombre que la cuenta como modo de liberarse de su culpa y remordimientos por los errores cometidos en el pasado, de los que se arrepiente ante su esposa, a la par que se va acercando a su inminente muerte arrastrado por los estragos (físicos y mentales) de su enfermedad.
Pues antes de dejar este matutino, ahí os dejo estas citas de sabiduría ajena, para que nos hagan compañía:
- "Cada elección tiene su anverso, es decir, una renuncia, por lo que no hay diferencia entre el acto de elegir y el acto de renunciar". (Italo Calvino).
- "Hay un tiempo de partir, incluso cuando no hay lugar cierto al que ir". (Tennessee Williams).
- "Abandonar puede tener justificación; abandonarse no la tiene jamás". (Ralph Waldo Emerson).
- "Abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse de él, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado". (Napoleón Bonaparte).
- "No hace falta renunciar al pasado al entrar en el porvenir. Al cambiar las cosas no es necesario perderlas". (John Cage).
Besos y abrazos,
Don.
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