jueves, 5 de noviembre de 2015

Matutino de corazón por triplicado

¡Buenos días!

Sigue nublado, pero ya dejó de llover, y con el corazón en la mano os digo que saldrá el sol, y que el próximo fin de semana tendremos unos días de exquisita dulzura otoñal con máximas coqueteando con los 20ºC, de esos que nos enamoran a primera vista, y estimulan a tener un ménage a trois... pero no me seáis libidinosos, sed más poéticos, que estos días nos incitarán a estar en el otoño retozando con las hojas caídas por doquier, vamos, que los tres vértices del triángulo seremos cada uno de nosotros, el mismo otoño y las desarboladas hojas que arropan a ambos.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "3 corazones" ("3 coeurs"), de Benoît Jacquot, y con Benoît Poelvoorde, Charlotte Gainsbourg, Chiara Mastroianni, y Catherine Deneuve. Es el primer largo que veo de este veterano director francés.

Un hombre pierde el último tren del día que le lleva de una ciudad de provincias, en la que está por motivos de trabajo, a París, donde vive. En su nocturno deambular por la ciudad conoce a una mujer, con la que comienza a hablar, y lo siguen haciendo mientras pasean sin rumbo hasta que amanece, cuando él toma el primer tren del día para volver, momento en el que acuerdan citarse unos días después en la capital, dada la perfecta sintonía emocional que ha surgido entre ambos. Nada saben el uno del otro y ni siquiera se han intercambiado sus teléfonos. El día del encuentro él no aparece (llegó muy tarde) debido a un imprevisto y ella se va, sumida en una profunda tristeza, decidiendo aceptar una oferta de trabajo en Estados Unidos. Al poco él conocerá a otra mujer y tras un corto noviazgo ambos deciden casarse, sin saber que es hermana de la anterior.

Una estupenda película (nota: 8) este melodrama con triángulo amoroso, especie de thriller sentimental con mucha emoción, tensa por momentos, sobre el angustioso sufrimiento de los amantes y sus desgarros emocionales, y sobre cómo nos golpean los caprichos del destino y las oportunidades perdidas por llegar a destiempo. De final mejorable, destacaría el modo en que está narrada (me encantó) y su contrapunto con la banda sonora, que parece más propia de un film de terror, pero que en el fondo no desentona como pudiera parecer, pues hay ribetes de tragedia griega (la cuestión fraternal) y realza los terrores de todo amante de perder o no conseguir, según el caso, a su verdadero amado.

Ahora una trinidad de citas de sabiduría ajena, que tal vez nos ayude a mitigar eventuales vuelcos de corazón, cardiacas emociones que pudieran turbarnos:

 - "Tenía oído que algunos decían que el amor era todo regocijo, alegría y contento, mas, aquella noche, sentada en la playa, hubiera querido yo tener ante mí a aquellos sabios parlanchines para hacerles sentir con el filo de mi espada el regocijo, la alegría y el contento que ocasionaba el terrible dolor del amor. Era peor que una enfermedad, me decía atormentada, peor que una llaga corrompida. Era como beber ponzoña y tragar agujas. ¡Y todo por aquel rufián maleador cuyos rubios cabellos sólo podían tener competencia con los del sol!".  (Matilde Asensi).

 - "Un leve estremecimiento recorría su cuerpo no bien pensaba en la posibilidad del amor, no bien se imaginaba a sí misma recorriendo de nuevo aquellos edenes cuyos preciosos y perfumados árboles escondían tantas espinas".  (Terenci Moix).

 - "Todo en amor es triste; mas triste y todo, es lo mejor que existe".  (Ramón de Campoamor).

Besos y abrazos,

Don.
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