jueves, 13 de julio de 2017

Matutino que llega al alba, a veces de noche

¡Buenos días!

En estos días todavía cercanos al solsticio veraniego, con tantas horas de luz, es difícil que os lleguen de noche, aunque a mí suelen venir casi siempre en ese momento, llevándolos después a resguardo de cualquier luz en la oscura caverna de mis entendederas, de donde los lanzo a la radiante luminosidad primeriza de cada día en que ellos quieran venir. Hace tanto calor estos días, 39ºC de máxima prevista para hoy por los madriles, y el abrasador sol nos consume de tal manera, que anhelo la vivificante noche para disfrutar de algo de relativo frescor, agobiante frescor también, pues las noches vuelven a ser toledanas, aterrorizados como nos deja el sofocante bochorno.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Llega de noche" ("It comes at night"), de Trey Edward Shults, y con Joel Edgerton, Kelvin Harrison Jr., Carmen Ejogo, Christopher Abbott, Riley Keough, y Griffin Robert Faulkner. Segundo largo y primero que veo de este director.

Una familia vive aislada y casi enclaustrada en una remota casa del bosque, atemorizada por la amenaza exterior de una terrible epidemia global que parece haber diezmado la población, así que la cierran a cal y canto cada noche. El abuelo acaba de fallecer por la enfermedad y quedan el matrimonio y su hijo adolescente, y el padre se afana por protegerlos, armado y siempre vigilante. Un día aparece una joven pareja con un niño quienes, desesperados, les piden cobijo. No sin ciertos recelos les acogen pues parecen tener buenas intenciones. Conviven en buena armonía, pero la desconfianza comienza a crecer entre todos, como la misma paranoia, tanto que esas amenazas intrínsecas empiezan a ser mucho mayores que la que se barrunta extramuros.

Una estupenda película (nota: 8), con cine de muchos quilates que induce a profundas reflexiones, en la que empezando por el mismo título, muchas cosas se me aparentaron cual perfecto mcguffin hitchcockiano, como eso de que es una de terror, que se acerca, aunque no haya ni sustos ni sobresaltos, ni engendros, pues nos mantiene en continua y regular tensión de suspendido aliento de alto nivel durante todo su metraje, y sin trucos de baratillo (sangre, vísceras y demás). Terror psicológico más bien, de pesadilla, que va más allá de tópicos monstruos amenazantes (sean deformes, gigantes o microbianos), nos muestra ese que llevamos dentro y que se dispara con el miedo, a lo desconocido y diferente, a la enfermedad, al dolor y a la muerte.

También puede verse como historia de relaciones familiares en descomposición, de padres e hijos con distintos modos de concebir la realidad; o como metáfora de toda una sociedad, la de los EE.UU., la occidental, o cualquiera otra, que parece querer aislarse paranoicamente intramuros, tratando de impermeabilizarse de emigrantes indeseados, vistos como amenazas exteriores, y de otras indeterminados peligros aparentes, lo que es imposible, como la Historia y esta historia parecen demostrar.

Ahora unas citas de sabiduría ajena que vienen por aquí para aportar algo de luz a nuestras a veces anochecidas entendederas:

 - "La ignorancia es la noche de la mente: pero una noche sin luna y sin estrellas".  (Confucio).

 - "El pensamiento no es más que un relámpago entre dos noches, pero este relámpago es todo".  (Henri Poincaré).

 - "Quien espera, desespera; y quien viene, nunca llega".  (Refrán).

 - "Si la mañana no nos desvela para nuevas alegrías y, si por la noche no nos queda ninguna esperanza, ¿es que vale la pena vestirse y desnudarse?".  (Goethe).

Besos y abrazos,

Don.
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