¡Buenos
días!
En
estos días todavía cercanos al solsticio veraniego, con tantas horas de luz, es
difícil que os lleguen de noche, aunque a mí suelen venir casi siempre en ese
momento, llevándolos después a resguardo de cualquier luz en la oscura caverna
de mis entendederas, de donde los lanzo a la radiante luminosidad primeriza de
cada día en que ellos quieran venir. Hace tanto calor estos días, 39ºC de máxima
prevista para hoy por los madriles, y el abrasador sol nos consume de tal
manera, que anhelo la vivificante noche para disfrutar de algo de relativo
frescor, agobiante frescor también, pues las noches vuelven a ser toledanas,
aterrorizados como nos deja el sofocante bochorno.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Llega de noche"
("It comes at night"), de Trey Edward Shults, y con Joel Edgerton,
Kelvin Harrison Jr., Carmen Ejogo, Christopher Abbott, Riley Keough, y Griffin
Robert Faulkner. Segundo largo y primero que veo de este director.
Una
familia vive aislada y casi enclaustrada en una remota casa del bosque,
atemorizada por la amenaza exterior de una terrible epidemia global que parece
haber diezmado la población, así que la cierran a cal y canto cada noche. El
abuelo acaba de fallecer por la enfermedad y quedan el matrimonio y su hijo
adolescente, y el padre se afana por protegerlos, armado y siempre vigilante.
Un día aparece una joven pareja con un niño quienes, desesperados, les piden cobijo.
No sin ciertos recelos les acogen pues parecen tener buenas intenciones.
Conviven en buena armonía, pero la desconfianza comienza a crecer entre todos,
como la misma paranoia, tanto que esas amenazas intrínsecas empiezan a ser
mucho mayores que la que se barrunta extramuros.
Una
estupenda película (nota: 8), con cine de muchos quilates que induce a
profundas reflexiones, en la que empezando por el mismo título, muchas cosas se
me aparentaron cual perfecto mcguffin hitchcockiano, como eso de que es una de
terror, que se acerca, aunque no haya ni sustos ni sobresaltos, ni engendros,
pues nos mantiene en continua y regular tensión de suspendido aliento de alto
nivel durante todo su metraje, y sin trucos de baratillo (sangre, vísceras y
demás). Terror psicológico más bien, de pesadilla, que va más allá de tópicos
monstruos amenazantes (sean deformes, gigantes o microbianos), nos muestra ese
que llevamos dentro y que se dispara con el miedo, a lo desconocido y
diferente, a la enfermedad, al dolor y a la muerte.
También
puede verse como historia de relaciones familiares en descomposición, de padres
e hijos con distintos modos de concebir la realidad; o como metáfora de toda
una sociedad, la de los EE.UU., la occidental, o cualquiera otra, que parece
querer aislarse paranoicamente intramuros, tratando de impermeabilizarse de
emigrantes indeseados, vistos como amenazas exteriores, y de otras
indeterminados peligros aparentes, lo que es imposible, como la Historia y esta
historia parecen demostrar.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena que vienen por aquí para aportar algo de luz a
nuestras a veces anochecidas entendederas:
- "La ignorancia es la noche de la mente:
pero una noche sin luna y sin estrellas".
(Confucio).
- "El pensamiento no es más que un relámpago
entre dos noches, pero este relámpago es todo". (Henri Poincaré).
- "Quien espera, desespera; y quien
viene, nunca llega". (Refrán).
- "Si la mañana no nos desvela para
nuevas alegrías y, si por la noche no nos queda ninguna esperanza, ¿es que vale
la pena vestirse y desnudarse?".
(Goethe).
Besos
y abrazos,
Don.
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