Sí,
este será el único que me tome hoy, uno como máximo al día, si no quiero
engancharme y luego, cuando quiera soltarlo, tener que pasar el insufrible
síndrome de abstinencia. Así que, sin otra oportunidad más en esta jornada,
espero que a la primera me quede lo más bonito posible. Por tanto, disfrutaré
del primer mono, esquivaré al segundo, y me esmeraré por conseguir el tercero.
En cuanto a la meteorología, cierta monotonía, que ya llevamos unos cuantos
días seguidos remedando la primavera por venir, hoy con otra soleada jornada,
con alguna nube intentando velarlo y tratando de romper la calma chicha
cabalgando sobre la creciente brisa, y 16ºC de máxima prevista por los
madriles.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Monos", de
Alejandro Landes, y con unos cuantos desconocidos (para mí) actores no
profesionales. Es el tercer largo, y primero que veo, de este director
colombiano.
En
la cima de una montaña, un grupo de chicos y chicas, apodados Los Monos,
adolescentes o poco más, alejados de todo y de todos, se encargan de custodiar
a una doctora estadounidense, a la que un grupo guerrillero, del que forman
parte, ha tomado como rehén. De cuando en cuando se pasa por allí un sargento
para darles instrucciones e instrucción. Cuando su misión empiece a verse
amenazada, la buena convivencia y camaradería entre ellos comenzará a
tambalearse, todo agravado por sus desenfrenadas noches de borrachera y consumo
de hongos alucinógenos.
Una
buena película (nota: 6), con sus más y sus menos que, por lo que a mí
respecta, fue de menos a más. Acento dificultoso de entender por un mesetario
como yo, poderío visual el de sus imágenes, y extraña banda sonora. Especie de
fábula que incomoda, entre real, irreal, surreal, alucinada, con ramalazos y
fogonazos de atmósfera delirante, que desciende del aparentemente bello paraíso
por encima de las nubes al sofocante infierno que nos turba, que reflexiona sobre
la violencia en la guerra (civil en este caso) y su sinrazón, y los abducidos y
alienados niños soldado, patos que pagan con su inocencia robada a punta de
machete o fusil.
Ahora
algo de sabiduría ajena que, aunque al final de cada matutino, no la considero
el último mono:
- "Los monos son demasiado buenos para
que el hombre pueda descender de ellos".
(Friedrich Nietzsche).
- "Todos se ríen del mono, y él de
todos". (Refrán).
Besos
y abrazos,
Don.
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