martes, 11 de febrero de 2020

Silenciadas objeciones matutinas

¡Buenos días!

Pocas debe haber, y en caso de que las hubiera serían voluntarias, porque a través de este vocero, con o sin altavoz, que son mis matutinos dejo oír la mía propia, incluso por lo bajini de vez en cuando. Por lo demás, nada que objetar a las grises nubes, sin lluvia, que han vuelto por los madriles a ocultar el radiante sol de pasados días. Pasar unos pocos días a la sombra no creo que siente mal a nadie, que tanto fulgor solar podría deslumbrarnos e impedir que veamos adecuadamente lo que pudieran ocultar las sombras.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Vida oculta" ("A hidden life"), de Terrence Malick, y con August Diehl, Valerie Pachner, y varios otros más. Es el décimo largo de este veterano director, que últimamente parece haber cogido carrerilla, y de quien había visto cinco de sus anteriores: "To the wonder" (2012), "El árbol de la vida" ("The tree of life", 2011), "El nuevo mundo" ("The new world", 2005), "La delgada línea roja" ("The thin red line", 1998), y "Días del cielo" ("Days of heaven", 1978).

Un joven matrimonio vive con sus tres hijas pequeñas en una granja en los Alpes austriacos. Empieza la II Guerra Mundial y los hombres de su pequeña aldea son reclutados. Tras el entrenamiento militar regresa con su mujer e hijas y se reincorpora a las tareas agrícolas con la esperanza de que la guerra acabe pronto. Sin embargo pocos meses después es llamado a filas, pero se niega a prestar juramento a Hitler y participar de su régimen del odio y de exacerbado fervor nacionalista, lo que le granjea la enemistad de todos, especialmente de sus cada vez más exaltados vecinos. Es detenido, y deberá afrontar las consecuencias de su temeraria decisión a contracorriente.

Una buena película (nota: 6), con sus más y sus menos, de bellísima fotografía y estupendas maneras formales, que destila interesantes reflexiones, pero de desmesurado metraje (un curso de síntesis no le sentaría nada mal a su autor), y premiosa y reiteradamente discursiva en muchos momentos. Basada en las cartas reales que se escribieron entre ambos protagonistas mientras él estuvo en el servicio militar y en la cárcel, esta historia de amor incondicional nos retrata la vida sencilla del campo de un modo bucólico, a pesar de los pesares, como el runrún de los desplantes de sus convecinos y del frenesí de descerebrado nacionalismo de estos. El protagonista es un objetor de conciencia, una especie de Jesucristo camino de la cruz, incomprendido y negado por su iglesia, de inquebrantable fe en sus principios hasta el mismo punto de no importarle las consecuencias que sobre sí y sus allegados esto acarreará. Parecía que su causa, como tantas otras, estaba abocada al oscuro anonimato, pero...

Bueno, ahí os saco a la luz unas citas de sabiduría ajena, de entre las que encontré rebuscando, y de las que espero no tengáis objeción:

 - "Como los verdaderos amantes gozan tanto más de su felicidad cuanto más oculta, así los hombres verdaderamente generosos encuentran mayor goce en las liberalidades que hacen cuanto mayor es el secreto que las circunda".  (Abel Bonnard).

 - "No debemos de juzgar a los hombres a simple vista, como si se tratara de un cuadro o de una estatua; hay que indagar en el espíritu y en el corazón; el velo de la modestia oculta el mérito, y la máscara de la hipocresía esconde la maldad".  (Jean de la Bruyère).

 - "La voluntad de vencer es la que da las victorias; por tanto, aquello que es verdad para las grandes luchas que hacen temblar al mundo, es verdad para las luchas oscuras y ocultas de cada vida particular".  (Henri Perreyve).

Besos y abrazos,

Don.
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