miércoles, 19 de febrero de 2020

Matutino matinal y mañanero

¡Buenos días!

Temprano como siempre, al alba, amanezco con ellos, al filo de la madrugada. De igual o similar modo, la mañana se nos despierta rasa y soleada, por fin, tras tantos días pasados de nieblas y neblinas mañaneras y gris nubosidad el resto de la jornada, así que hoy toca asolearse. La máxima prevista por los madriles será de 13ºC, y subiendo para próximos días.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Sinónimos" ("Synonymes"), de Nadav Lapid, y con Tom Mercier, Quentin Dolmaire, y Louise Chevillotte. Había visto uno de los anteriores largos de este director israelí, "La profesora de parvulario" ("Haganenet", 2014)... y curiosamente también vi el remake estadounidense de este, "La profesora de parvulario" ("The kindergarten teacher", 2018) de Sara Colangelo, que me gustó algo más que el original.

Un joven israelí llega a París con una mochila, huyendo de su país natal, del que reniega. Se instala en un piso absolutamente vacío que alguien le ha dejado, y antes de irse a dormir en el suelo con su saco decide darse una ducha. Cuando sale, han desaparecido todas sus pertenencias. Completamente desnudo y desvalido busca desesperadamente ayuda, no la encuentra y acaba por desmayarse totalmente aterido de frío. Lo encuentran sus vecinos de arriba, una joven pareja de enamorados, y se lo llevan a su casa para reanimarle. Decidido a no hablar más en su lengua materna, se compra un diccionario francés que lee obsesivamente para aprender lo más rápidamente posible su nueva lengua, que apenas chapurrea.

Extraña película que, salvo momentos sueltos, no me gustó (nota: 4), no entendí la gran mayoría de sus presuntos simbolismos. Modo de narrar extravagante, con buenas maneras formales, pleno de situaciones delirantes, surrealistas, desconcertantes. La desesperada peripecia de su protagonista, basada en la experiencia real de su director cuando joven, destila alguna que otra buena reflexión suelta entre tanto metraje, algo pretencioso a mi parecer. Poco grano entre demasiada paja... mental.

Creí entender la gran dificultad de los exiliados emigrantes para integrarse en el nuevo país, ya desintegrados del país del que huyen. Pero sobre todo, me pareció captar la ironía en la comparación entre Israel y Francia (quien dice Francia dice Europa occidental), en el fondo no tan distintos, casi sinónimos; además de ser, de partida, una crítica a Israel. ¡Ah!, y el hecho de repetir reiteradamente palabras... o consignas, les hace quedar huecas de significado.

Ahora nos encontramos con estas citas de sabiduría ajena, hoy de dos popes pontificando con tino:

 - "Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia de guerra, aun siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz verdadera. No hay verdadera paz sino viene acompañada de equidad, verdad, justicia, y solidaridad".  (Juan Pablo II).

 - "Las palabras son como las hojas: cuando abundan, poco fruto hay en ellas".  (Alexander Pope).

Besos y abrazos,

Don.
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