Otra
mañanita más que despierta y en la que, grano a grano, pespunte a pespunte, voy
dando forma, sin apenas tajos, a mi libre albedrío, como siempre, a cada matutino.
Parece que sigo constantemente los mismos patrones, pero algo debe ir cambiando
sutilmente, pues no son los mismos que en sus principios. Como los días de
verano, que parecen todos iguales en su soleada canícula, pero no siempre es
así, con leves variaciones. Hoy se nos viste de sol desnudo y 32ºC de máxima
prevista.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "El despertar de las hormigas",
de Antonella Sudasassi Furniss, y con Daniella Valenciano y Leynar Gómez. Es el
debut en el largo de esta directora costarricense.
Una
joven, casada y con dos niñas, trabaja como modista en su propia casa de un
pequeño pueblo para así mejorar los humildes ingresos familiares. Su esposo
quiere tener otro hijo, en concreto un varón, pero ella no quiere, aunque no se
atreve a decírselo. Le parece suficiente su familia y lo que desea ampliar es
su pequeño negocio. Además, el entorno familiar presiona sutilmente para que
aumenten su prole.
Una
muy buena película (nota: 7), sencilla y natural, con puntadas oníricas,
este drama intimista que nos introduce con delicadeza en el universo femenino,
y el familiar, inmerso en un ambiente sensual y dulcemente asfixiante, pero
pertinaz, típico del trópico, que dicta, sin decir directamente, como deben
comportarse las mujeres, siempre serviciales, como mandan las tradiciones,
siguiendo patrones heredados, sin atender a sus propios deseos. Asistí con
interés a la toma de conciencia de su algo atribulada protagonista, a su
despertar, para tratar de ser como ella desearía, hilando su propio porvenir,
sin ir en femenina hilera cual hormiga, cortando con los patrones impuestos, lo
que le induce un indefinido malestar consigo misma y del que no sabe bien como
desembarazarse.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena, para tal vez despertar nuestra conciencia e
intelecto, y para ayudarnos a hilvanar a nuestro gusto nuestra propia
existencia:
- "La única costumbre que hay que enseñar
a los niños es que no se sometan a ninguna". (Jean Jacques Rousseau).
- "Amo la fuerza, y de la fuerza que amo,
una hormiga puede mostrar tanta como un elefante". (Stendhal).
Besos
y abrazos,
Don.
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