martes, 6 de agosto de 2019

Matutino sonrojante

¡Buenos días!

Enrojecido estoy estos días, no tanto por vergüenza, que apenas tengo, cada vez menos con la edad, sino por el inclemente sol que, gracias a sus rayos infrarrojos, los que dan calor, y los ultravioletas, los que te ponen moreno o rojo como un cangrejo, según sea el tipo de piel de cada cual, me hostiga sin piedad cada vez que asomo más allá de mi sombreado refugio matutino. Pues eso, otro día de tórrido verano, con 36ºC de máxima prevista por los madriles. Ya caerá su dictadura a no mucho tardar.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Rojo", de Benjamín Naishtat, y con Darío Grandinetti, Andrea Frigerio, Alfredo Castro, y Diego Cremonesi. Es el primer largo que veo de los de este director argentino.

Corre el año 1975, pocos meses antes del golpe de estado que instauró la dictadura militar en Argentina. Un hombre extraño llega a una tranquila ciudad de provincias. En un restaurante, y sin motivo aparente, monta un altercado ofendiendo a un reconocido abogado de la ciudad, un hombre sereno, quien acaba por humillarle verbal y públicamente, con la anuencia del resto de comensales, quienes le expulsan del local. Cuando el abogado sale del restaurante junto a su mujer, es abordado de nuevo y agredido por el extraño, huyendo este perseguido por el picapleitos. Cuando le alcanza, el desconocido saca una pistola y se dispara a sí mismo en la cabeza. A partir de entonces tomará una decisión que esconderá y mantendrá en secreto.

Una buena película (nota: 6) este metafórico thriller político, de muy buenas maneras formales y con un modo de narrar algo diferente que produce extrañeza y momentos de suspense bastante incómodo, como el que genera la espléndida escena tras la no menos estupenda escena inicial, lo mejor de la película para mí, que parte de una situación bastante absurda, al menos en apariencia. La violencia latente no se ve, pero casi que se mastica.

Inquietante alegoría de la amoralidad de la gente corriente, de la presunta buena gente, la de toda una sociedad (la argentina o cualquier otra), que hace aflorar lo más infame de su ser, que guarda silencio ante la más absoluta injusticia, cuando no saca provecho de determinadas debilidades ajenas, sintiéndose impune. En definitiva, la incubación del bergmaniano huevo de la serpiente.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, espero que buena sombrilla ante posibles rojos sofocos:

 - "Tendremos que arrepentirnos en esta generación, no tanto de las malas acciones de la gente perversa como del pasmoso silencio de la gente buena".  (Martin Luther King).

 - "¡Basta de silencios! ¡Gritad con cien mil lenguas! Porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!".  (Santa Catalina de Siena).

Besos y abrazos,

Don.
_____

No hay comentarios: