jueves, 6 de octubre de 2016

Matutinos que me conquistan, ahora y siempre

¡Buenos días!

Bien lo sabéis, me tienen enamorado, lo diga o no a los cuatro vientos, mucho más tras cada cotidiano reencuentro, como si fuéramos de nuevas, cual pipiolos principiantes. Por lo demás, estos días con aroma veraniego, y altas temperaturas fuera de lugar (hoy otra vez 28ºC de máxima prevista), parecen tener ganada la plaza de este otoño, que lo es, de momento, sólo si se mira el calendario. En poco tiempo, cuando todo madure, espero que la realidad empiece a ser otra.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La reconquista", de Jonás Trueba, y con Francesco Carril, Itsaso Arana, Aura Garrido, Candela Recio y Pablo Hoyos. Hijo de su padre, Fernando, también colega de profesión, es el cuarto largo de este director, de quien había visto su primero, "Todas las canciones hablan de mí" (2010), y su tercero, "Los exiliados románticos" (2015).

Una noche de fin de semana de otoño, en Madrid, una pareja se reencuentra. Hace quince años que no se ven, cuando ambos tenían quince y eran unos pipiolos novietes que se prometieron amor para siempre. Ella ha pasado todo este tiempo fuera de España, y él tiene nueva novia, con la que convive. Hablan, y recuerdan -lo que recuerdan y lo que olvidaron-, beben, bailan y se divierten.

Con estos mimbres me prometía, pero me desilusionó (nota: 4) casi desde el principio, y rompí enseguida con esta pausada historia romántica y nostálgica, a base de hablar y hablar y poco decir sobre si la historia de amor juvenil pudiera haber ido más allá en el tiempo. No conecté con las cuitas de la pareja protagonista, más vanas divagaciones que otra cosa. Me gustaron la factura técnica y algunas de sus maneras, pero la mayor parte del tiempo me aburrió y casi nada me dijo. Tiene tres partes bien diferenciadas: la primera, la noche del reencuentro; la segunda, la breve madrugada cuando él vuelve a casa con su pareja; y la tercera, la historia de amor (muy epistolar) de cuando tenían quince... y una breve posdata final a día de hoy pero referida al pasado, cerrando no del todo el círculo de este reencuentro con alguien que antaño significó mucho, dejando algún poso de ambigua duda.

Me ha pasado con los tres films vistos de este director, que casi todo su metraje me parece vano, pero hay un breve momento que me cautiva. En la hoy glosada es la segunda parte, que dura tan sólo unos pocos minutos, y que es el único momento en que Aura Garrido aparece, haciendo de la pareja actual del protagonista. Y me gustó verdaderamente esa escena, no sé si per se o por Aura, que llena la pantalla con su mera presencia, o por ambas causas. Me encanta, me cautiva, y dado que el resto del film no me motivó, me recreé ese instante en ella, tan deliciosa mujer, tan estupenda actriz, a la que descubrí en cine con la espléndida "Stockholm" (2013) de Rodrigo Sorogoyen, y después la seguí en la magnífica serie de TVE "El ministerio del tiempo"... y hasta ahora.

Ahora, para terminar, como siempre, nuevo reencuentro con la sabiduría ajena, que espero, como siempre, que vuelva a conquistar nuestras entendederas:

 - "El futuro no es un regalo, es una conquista".  (Robert Kennedy).

 - "Aquellos que ven en cada desilusión un estímulo para mayores conquistas, ésos poseen el recto punto de vista para con la vida".  (Goethe).

 - "¿Debe afligirme una hermosa felicidad porque huyó rápidamente? Un breve encuentro y un largo recuerdo hace el alma rica y libre".  (Emanuel Geibel).

Besos y abrazos,

Don.
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