Por
mucho que ladre a veces no me traigo por aquí a otros congéneres caninos, que
con los matutinos, mis fieles compañeros, me basta para que me cuiden celosamente,
y viceversa. Y por supuesto sin hacernos mutuas jugarretas, aunque, eso sí,
mucho jugueteo nos traemos de cuando en cuando. Tampoco el dulce clima otoñal
que estos días nos envuelve es muy dado a hacernos perrerías, incluso aunque
nos deje algunas lluvias vespertinas tras los mañaneros interludios de sol
escondido de vez en cuando por entre las nubes, como hoy sucederá, con máxima
prevista de 17ºC por los madriles.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Dogman", de
Mateo Garrone, y con Marcello Fonte, Edoardo Pesce, y Alida Baldari. Está
inspirado en un hecho de la crónica negra italiana de los años 80. De los ocho
anteriores largos de este director italiano tan solo había visto sus tres más
recientes: "El cuento de los cuentos" ("Tale of tales" o
"Il racconto dei racconti", 2015), "Reality" (2012), y "Gomorra" (2008).
En
el arrumbado arrabal de una ciudad un hombre, bueno y servicial, un flacucho
don nadie, divorciado y que adora a su hija, lleva un humilde negocio de
peluquería y cuidado de perros, a los que también adora, complementando sus
parcos ingresos con pequeños trapicheos de droga. Uno de sus clientes, colega
con el que mantiene una especie de sumisa amistad, un irascible y violento ex
boxeador, un abusón que aterroriza a todo el barrio, le obliga a participar en
sus atracos, le denigra y maltrata constantemente. Pero él lo soporta todo con
estoicismo, aunque tras la última gota que colma el vaso, se planta y tramará
venganza.
Una
muy buena película (nota: 7) este drama seco y pausado, con escuetos
ramalazos de violencia, especie de oscura fábula con maneras neorrealistas y
levísima pátina de comedia puntual, sobre un hombre pusilánime y escuchimizado
(gran actuación del actor principal) cuyo inicial sometimiento se reconvierte,
a fuerza de palos y humillaciones, en agresiva rabia. Historia de hombres cual
perros y viceversa, y sobre la necesidad de cualquier hijo de vecino de
reconocimiento ante el clan (o la manada), para lo cual hará lo impensable para
intentar redimirse ante los otros.
Ahora,
en la sección de sabiduría ajena, aquí os traigo una traílla de citas que, una
vez sueltas por aquí, sepamos cazar al vuelo:
- "A otro perro con ese hueso, que yo
roído lo tengo". (Refrán).
- "En el amor desinteresado de un animal,
en el sacrificio de sí mismo, hay algo que llega directamente al corazón del
que con frecuencia ha tenido ocasión de comprobar la amistad mezquina y la
frágil fidelidad del hombre natural".
(Edgar Allan Poe).
Besos
y abrazos,
Don.
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