No
hace falta que estos matutinos, cual asexuados serafines, se tomen por su
cuenta y riesgo la licencia de hacer lo que les plazca, que desde el mismo
momento en que salen de mí ya tienen mi tácito consentimiento. Bello día de
otoño, gris y lluvioso, que tiene la osadía, no sé si licenciosa, de mostrar
impúdicamente toda su hermosura ante nuestros atónitos ojos, sin tapujos ni
remilgo alguno, manifestándose tal cual es. Las temperaturas, a la baja, decaen
lánguidamente, con 11ºC de máxima prevista para hoy por los madriles.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Colette", de
Wash Westmoreland, y con Keira Knightley y Dominic West. Es el quinto largo de
este director, de quien había visto su anterior, "Siempre Alice" ("Still Alice", 2014),
codirigido, como los otros tres anteriores, con Richard Glatzer, su ya
fallecida pareja.
Se
narra la vida de la escritora, cabaretera... y multifacética artista, Sidonie
Gabrielle Colette (1873-1954), quien con sus actos y obras artísticas
escandalizó a la sociedad francesa de la época. Comienza cuando era una joven,
criada en un entorno campestre, que se enamora y casa con un hombre 14 años
mayor que ella, un crítico literario y representante de incipientes escritores,
que la introduce en la bohemia parisina de fines del siglo XIX y principios del
XX, cuando la Belle Époque, quien al descubrir sus dotes literarias la anima a
escribir, publicando varias novelas como si él las hubiera escrito, que
rápidamente alcanzaron un enorme éxito, la serie Claudine, historias basadas en
la propia vida y anhelos de ella, con mucha carga sensual y erótica y cierto
toque de perversión. Las continuas infidelidades de él con otras mujeres la
animaron a ella a hacer lo propio, con más mujeres, dándose recíproco
consentimiento ambos para sus deslices, pero a medida que su fama crecía, los
celos mutuos y el cada vez mayor abuso de poder por parte de él, acabaron por
romper su relación, la marital y la literaria, reclamando ella de paso su
pasada autoría.
Una
buena película (nota: 6) este melodrama biográfico centrado en el
período de su primer matrimonio, sobre la vida y andanzas de esta rompedora
mujer a contracorriente, adelantada a su tiempo, que exigía mayor protagonismo
ante la cerrazón de su abierto marido y que se empeñaba en romper
convencionalismos sociales y sexuales (o de género, que ahora se dice). Por eso
de contar la historia real de una mujer sojuzgada por el patriarcado imperante
(su aprovechado marido) que acaba por liberarse vital y artísticamente
consiguiendo que reconozcan la autoría de su obra, me recordó a una película de
Tim Burton, "Big eyes" (2014), sobre una pintora estadounidense de
los años 50, Margaret Keane. Y casi que por lo mismo a "Mary Shelley" (2017) de Haifaa Al Mansour.
Ya
es momento, hermoso momento, de la sabiduría ajena, hoy lógicamente dedicada a
la escritora retratada en la película hoy glosada, y que tal vez libere
nuestras encorsetadas mentes:
- "Cuando se es amado, no se duda de
nada. Cuando se ama, se duda de todo".
(Sidonie Gabrielle Colette).
- "Soportaría gustosa una docena más de
desencantos amorosos, si ello me ayudara a perder un par de kilos". (Sidonie Gabrielle Colette).
- "Hay menos maneras de hacer el amor de
lo que se dice, pero más de lo que se cree". (Sidonie Gabrielle Colette).
- "Una mujer disfruta con la certeza de
acariciar un cuerpo cuyos secretos conoce y cuyas preferencias son sugeridas
por el suyo propio". (Sidonie
Gabrielle Colette).
- "La seducción que emana de una persona
de sexo incierto o simulado es imponente".
(Sidonie Gabrielle Colette).
Besos
y abrazos,
Don.
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