viernes, 2 de noviembre de 2018

Matutinos hasta en la sopa

¡Buenos días!

Bueno, que tampoco son tantos... aunque por cierto, bien sustanciosa que la dejarían, que cada vez que me paso por aquí me relamo de gusto solo de pensar en el festín que me voy a dar con ellos, reconstituyendo mi alma, más que mi cuerpo, que de esto se encargará cualquier sopa, que tanto me gusta, especialmente si estoy de viaje por ahí. Tan reconfortante como un buen caldo con fideos es el delicioso día de otoño que hoy nos recompondrá tras el desperece mañanero del reparador sueño nocturno, con dulzura térmica (18ºC de máxima prevista) y sol vivificante, tanto como unas sopas de leche en tazón.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Una receta familiar" ("Ramen teh"), de Eric Khoo, y con Takumi Saito, Jeanette Aw, Seiko Matsuda, y Mark Lee. Es el primer largo que veo de este director de Singapur.

Un joven, huérfano de madre desde los diez años, trabaja junto a su taciturno padre y a su tío en el modesto restaurante familiar especializado en ramen (típica sopa nipona) en la pequeña ciudad japonesa en la que viven. Tras la repentina muerte de su padre decide viajar a Singapur, de donde era su madre, con la idea de entablar contacto con su familia de allí, a la que apenas conoce pues su padre jamás le contó nada de ella, y aprender a hacer las recetas de su madre, como el bak-kut-teh, una sopa típica de Singapur.

Una buena película (nota: 6), agradable, emotiva en algunos momentos, muy culinaria, de ritmo pausado, típico del cine oriental, melancólica y evocadora, que nos habla de reconciliación familiar, y de como la comida nos llega al corazón, y no solo al estómago, evocándonos gratos momentos vividos, muy vívidos emocionalmente. Y de fusionar cocinas diversas, y encontradas emociones, para dar lugar a algo nuevo y mejor.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, espero que buenas recetas para reconfortar el intelecto, y el ánimo:

 - "Uno no puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no ha comido bien".  (Virginia Woolf).

 - "Y no hay deleites humanos
ni más grandes ni más sanos
que estos que son mi ideal:
pan de trigo candeal
comido en paz y entre hermanos".  (José María Gabriel y Galán).

Besos y abrazos,

Don.
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