Como
sangre de mi sangre, como carne de mi carne... ¡pero qué melodramático me estoy
poniendo!, y tan solo para decir que estos matutinos son parte de mi ser, el
virtual. Así que dejo este ramal y os hablo del tiempo, no del pasado, sino del
meteorológico, pues hoy sigue muy nublado y gris, pero no parece que llueva,
incluso quiere asomar algún tímido rayo de sol, pero según las previsiones
terminará por caer algo de agua, lloviznas seguramente. La máxima prevista para
hoy será de 14ºC.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "El árbol de la sangre",
de Julio Medem, y con Úrsula Corberó, Álvaro Cervantes, Najwa Nimri, María
Molins, Patricia López Arnaiz, Daniel Grao, Joaquín Furriel, Emilio Gutiérrez
Caba, Luisa Gavasa, Josep Maria Pou, Ángela Molina, y muchos otros más, que es
un film muy coral. Noveno largo de Medem, de quien, salvo su anterior, "Ma
ma" (2015), había visto el resto: "Habitación en Roma" (2010), "Caótica Ana" (2007), "La pelota vasca, la piel contra la piedra" (2003),
"Lucía y el sexo" (2001), "Los amantes del círculo
polar" (1998), "Tierra" (1996), "La ardilla roja" (1993), y "Vacas" (1992).
Este
director, del que me iban encantando todas sus películas, desde la primera
hasta la de 2003 incluida, por la que recibió unos terribles e injustos palos
(fue una cuestión de miserias políticas de la época), no levanta cabeza desde
entonces, pues las siguientes, incluida la que enseguida os pasaré a glosar, me
parecieron un fiasco, respecto del tono y nivel de su anterior filmografía. De
hecho, su anterior, la de 2015, ni me molesté en ir a verla. Esta vez me animé,
y volví a pifiarla.
Una
joven pareja de enamorados viaja hasta un antiguo caserío que perteneció a la
familia de uno de ellos para inspirarse y escribir en comandita la historia de
sus respectivas familias, tratando de recomponer el intrincado árbol
genealógico de ambas estirpes, de raíces estrechamente entrelazadas, cuajadas
de amor, desamor, sexo, locura, celos e infidelidades, tratando de desentrañar
el profundo misterio y oscuros secretos familiares que marcó sus vidas y cuyo
descubrimiento pondrá en peligro su propia relación amorosa.
Otra
vez la pifié (nota: 3), como antes dije, al ir a ver una película de
este director, que últimamente no me gustan nada. Melodrama romántico que nada
me dijo, afectado, relamido, impostado, y redicho, pleno de autocitas a su
anterior cine, o autoplagio, según se mire. El guion, por lo que a mí respecta,
terrible, rozando y sobrepasando el ridículo en bastantes ocasiones, amén de
que el modo de narrar tampoco me gustó. Y encima, requetepasada de minutaje.
Eso sí, buenas maneras formales, y bellísima fotografía, amén de preciosos
cuerpos desnudos, o semidesnudos, de sus guapísimas actrices (también actores,
pero esto a mí...). Esta historia cruzada de dos familias durante varias
generaciones, casi que la misma después de tanto cruce, por mucho RH negativo
que haya (más bien poco), puestas en situaciones bastante inverosímiles, casi
que diría, si me apuran, que además de lo evidente, me pareció que narraba
metafóricamente, mucho, la historia de este nuestro país de piel de toro (o de
vaca).
Ahora,
en la sección de sabiduría ajena, ahí os dejo una tríada de citas, aunque no sé
si muy emparentadas:
- "Quien a buen árbol se arrima, buena
sombra le cobija". (Refrán).
- "La sangre se hereda, y el vicio se
apega". (Refrán).
- "En cuestión de árboles genealógicos es
más seguro andarse por las ramas que atenerse a las raíces". (Jacinto Benavente).
Besos
y abrazos,
Don.
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