miércoles, 7 de noviembre de 2018

Matutino con ángel

¡Buenos días!

Y no solo este, que todos tienen su encanto, gracia y simpatía, cada uno lo suyo, y se hacen querer, y yo que me embeleso con ellos. Tras haber soñado esta noche con los angelitos, y haberme despertado, me encuentro que hoy, los que habitan por el cielo andan, o mejor, revolotean empapados por las lluvias que regresaron, pero me sigo sintiendo como los ángeles, casi que por encima del bien y del mal, haga el clima que haga.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El ángel", de Luis Ortega, y con Lorenzo Ferro, Chino Darín, Mercedes Morán, Daniel Fanego, Luis Gnecco, Peter Lanzani, y Cecilia Roth. Es el primer largo que veo de los de este director argentino, inspirado en el caso real del mayor asesino en serie de la historia argentina.

Buenos Aires, 1971. Un poco más que adolescente de acomodada familia de clase media, aspecto andrógino, ambigüedad sexual, aniñada cara de ángel y rizos de oro cual serafín, tiene como divertimento el meterse en casas ajenas al descuido y robar con calma y regodeo lo que le place, para luego regalarlo o abandonarlo. Conoce en su nueva escuela a un compañero de clase, algo mayor que él, cuya familia se dedica a robar como modo de vida, y se asocian para dar el próximo golpe. El chaval busca liberarse de las rígidas normas paternas, a las que no hace el más mínimo caso, huye de casa y a partir de ahí comenzará junto a su compañero de fechorías un delirio de robos y asesinatos fríos y sin la más mínima compasión, ante los que ni se inmuta, cual si jugara con una pistola de mentirijillas.

Una buena película (nota: 6) este fabulado relato de la más sonada historia de la crónica negra argentina, de muy buenas maneras, muy bien narrada, pero que no me dijo gran cosa, perturbadora y nada convencional por su modo de mirar, contemplativa y fascinada por la intrínseca maldad que destila el protagonista, perfectamente amoral, casi que nihilista, nada empático y de comportamiento psicopático, con cara de hermoso santo inocente que, más que observado por Dios, se siente un ángel que espía a los demás en su nombre, lo que le da pie a hacer lo que su propio albedrío le indica, sin la menor cortapisa.

Bueno, pues antes de dar opción a que pase un ángel, continúo de seguido con la sabiduría ajena con estas tres citas con ángel:

 - "Sin el animal que habita dentro de nosotros somos ángeles castrados".  (Hermann Hesse).

 - "El hombre no es ni ángel ni bestia; pero, desgraciadamente, siempre que se empeña en ser ángel, cae en la bestia".  (Blaise Pascal).

 - "Sucede, con frecuencia, que con tal ahínco deseamos ser ángeles del cielo, que nos olvidamos de ser hombres de bien en la tierra".  (San Francisco de Sales).

Besos y abrazos,

Don.
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