lunes, 5 de noviembre de 2018

Matutino de eternos paralelos

¡Buenos días!

Creo que cada uno de estos matutinos es una sutil traza de un mundo posible, de una realidad paralela a la que vivo cotidianamente, y que todos juntos conforman un hiperespacio multidimensional que me da la necesaria perspectiva para poder afrontar lo que la vida nos depare. Por lo demás, casi como en un déjà vu, se nos ha levantado esta mañana de otoño nuevamente muy gris y con tristonas lluvias, maná del cielo que revitaliza mis ilusiones tanto como el más radiante de los soles. Los eternos ciclos meteorológicos, y de la vida en general, que cuando parecen acabar no hacen sino renacer de sí mismos al tiempo, tan solo hay que esperar más o menos a que vuelva a suceder.

Este fin de semana estuve en el cine viendo una película que desde ya os recomiendo encarecidamente que vayáis a ver, que me fascinó, me tocó el corazón, y el intelecto, mientras pasaba un delicioso rato viéndola. Se trató de "Sin fin", de César Esteban Alenda y José Esteban Alenda, y con Javier Rey y María León. Es el debut en el largo de este par de hermanos directores, y guionistas, tanto monta, monta tanto, que también uno de ellos es el montador.

Un hombre viaja desde el futuro cercano para tratar de reconducir la relación con su mujer, en el que será el último día en la vida de esta. Trata de que salga de su abatimiento, de que recupere las ganas por vivir, haciéndola revivir el día en el que se encontraron por primera vez, quince años más atrás, y que vuelva a ser la chica jovial y vitalista de la que se enamoró, y de la que se volverá a enamorar.

Sobresaliente película (nota: 9), sugerente, evocadora, emotiva y romántica, en el que la ciencia ficción (los viajes en el tiempo), apenas esbozada, es la perfecta excusa para contarnos una preciosa historia de amor y desamor a lo largo del tiempo, sobre oportunidades perdidas (y recuperadas), segundas oportunidades reiteradas para intentar enmendar errores que se lamentarán, o se lamentaron, paradojas del tiempo. Historia de pareja, de sus vaivenes, encuentros y desencuentros, y de tratar de reconducir la situación en la medida de sus posibilidades, recuperando el amor, desgastado por la rutina, perdido en la incomunicación, si es que se puede... ¡pues claro!, si se le echan ganas... por ambas partes.

Espléndidamente interpretada, y narrada en pocos trazos y con elipsis, en dos líneas temporales que se van alternando y solapando durante el metraje: el día de su primer encuentro, pleno de ilusionada felicidad juvenil, y quince años después tratando de revivir aquel día, sumidos ambos en la amarga desilusión. Para rematar con un sublime final, que no lo es, que se proyecta al eterno futuro.

Ahora, sin solución de continuidad, pasamos a la sabiduría ajena, trayéndonos retazos de las mentes de otro tiempo a este, para tratar de enmendar nuestras carencias al respecto:

 - "Lo único que se interpone entre tú y tu sueño es la voluntad de intentarlo y la creencia de que en realidad es posible".  (Marco Aurelio).

 - "Aunque tengamos la evidencia de que hemos de vivir constantemente en la oscuridad y en las tinieblas, sin objeto y sin fin, hay que tener esperanza".  (Pío Baroja).

 - "La dicha está sólo en la esperanza, en la ilusión sin fin".  (Guy de Maupassant).

Besos y abrazos,

Don.
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