Creo
que cada uno de estos matutinos es una sutil traza de un mundo posible, de una
realidad paralela a la que vivo cotidianamente, y que todos juntos conforman un
hiperespacio multidimensional que me da la necesaria perspectiva para poder
afrontar lo que la vida nos depare. Por lo demás, casi como en un déjà vu, se nos ha levantado esta mañana
de otoño nuevamente muy gris y con tristonas lluvias, maná del cielo que
revitaliza mis ilusiones tanto como el más radiante de los soles. Los eternos
ciclos meteorológicos, y de la vida en general, que cuando parecen acabar no
hacen sino renacer de sí mismos al tiempo, tan solo hay que esperar más o menos
a que vuelva a suceder.
Este
fin de semana estuve en el cine viendo una película que desde ya os recomiendo
encarecidamente que vayáis a ver, que me fascinó, me tocó el corazón, y el
intelecto, mientras pasaba un delicioso rato viéndola. Se trató de "Sin
fin", de César Esteban Alenda y José Esteban Alenda, y con
Javier Rey y María León. Es el debut en el largo de este par de hermanos
directores, y guionistas, tanto monta, monta tanto, que también uno de ellos es
el montador.
Un
hombre viaja desde el futuro cercano para tratar de reconducir la relación con
su mujer, en el que será el último día en la vida de esta. Trata de que salga
de su abatimiento, de que recupere las ganas por vivir, haciéndola revivir el
día en el que se encontraron por primera vez, quince años más atrás, y que
vuelva a ser la chica jovial y vitalista de la que se enamoró, y de la que se
volverá a enamorar.
Sobresaliente
película (nota: 9), sugerente, evocadora, emotiva y romántica, en
el que la ciencia ficción (los viajes en el tiempo), apenas esbozada, es la
perfecta excusa para contarnos una preciosa historia de amor y desamor a lo
largo del tiempo, sobre oportunidades perdidas (y recuperadas), segundas
oportunidades reiteradas para intentar enmendar errores que se lamentarán, o se
lamentaron, paradojas del tiempo. Historia de pareja, de sus vaivenes,
encuentros y desencuentros, y de tratar de reconducir la situación en la medida
de sus posibilidades, recuperando el amor, desgastado por la rutina, perdido en
la incomunicación, si es que se puede... ¡pues claro!, si se le echan ganas...
por ambas partes.
Espléndidamente
interpretada, y narrada en pocos trazos y con elipsis, en dos líneas temporales
que se van alternando y solapando durante el metraje: el día de su primer
encuentro, pleno de ilusionada felicidad juvenil, y quince años después
tratando de revivir aquel día, sumidos ambos en la amarga desilusión. Para
rematar con un sublime final, que no lo es, que se proyecta al eterno futuro.
Ahora,
sin solución de continuidad, pasamos a la sabiduría ajena, trayéndonos retazos
de las mentes de otro tiempo a este, para tratar de enmendar nuestras carencias
al respecto:
- "Lo único que se interpone entre tú y
tu sueño es la voluntad de intentarlo y la creencia de que en realidad es
posible". (Marco Aurelio).
- "Aunque tengamos la evidencia de que
hemos de vivir constantemente en la oscuridad y en las tinieblas, sin objeto y
sin fin, hay que tener esperanza".
(Pío Baroja).
- "La dicha está sólo en la esperanza, en
la ilusión sin fin". (Guy de
Maupassant).
Besos
y abrazos,
Don.
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