miércoles, 19 de noviembre de 2008

Matutino de camorra

¡Buenos días!

Con este delicioso, aunque algo ventoso, día de otoño, en el que el sol por fin nos insufla vida por entre los resquicios de las nubes, parece difícil el tener pendencia alguna con nada ni con nadie. Más bien, creo, que necesitaría una buena y gran cama, ¿una camorra?, en la que dormir y descansar a todas horas de mis malestares griposos de estos días. Y en cuanto me recupere, seguir en ella para solazarme con mis hadas y ninfas, que son muchas y no cabrían en una cama convencional.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Gomorra", de Matteo Garrone, basada en un best-seller homónimo de Roberto Saviano, quien está protegido por las amenazas de muerte de la camorra napolitana por haber escrito el libro ... aunque más que por esto, según él dice, por haber sido éxito de ventas y haber llegado al gran público.

Esta muy buena, desabrida y dura película nos cuenta cinco historias de personajes que tienen que ver con la camorra: un pagador de pensiones a familiares de camorristas encarcelados, un sastre que trabaja en un taller de alta costura nada glamouroso y controlado por la camorra, un apenas adolescente que fascinado por ellos decide ingresar en sus filas, un par de jóvenes con ínfulas gangsteriles y que van por libre, y otro más que entra a trabajar a las órdenes de una empresa también controlada por la camorra y dedicada a la eliminación de residuos tóxicos. El primero y el último, al final sí que consiguen desmarcarse gracias a sus sólidas convicciones morales, que no es que no puedan tener los otros, pero la fuerza gravitatoria de la camorra fue más fuerte que ellos.

Más que una película, casi parece un docudrama, por su estilo, en el que se nos narra la atracción que ejerce en los jóvenes de familias marginales ese mundo, del que es casi imposible escapar por lo tentador. También de explotación laboral, licitaciones públicas en las que esa mafia interviene y gana por ofertar precios insuperables para la competencia legal: en el caso de la confección por contratar mano de obra familiar e ilegal; y en el de los residuos tóxicos, a costa de envenenar el país.

Tiene ciertos puntos en común, aunque sean bastante distintas en otras cosas, con una excepcional película que os recomiendo, "Ciudad de Dios" ("Cidade de Deus"), de Fernando Meirelles (ved su matutino más abajo), que me gustó más que la vista ayer, básicamente porque la brasileña tiene un ritmo y potencia visual apabullantes.

Ahora, para tratar de superar con bien los eventuales altercados que nos depara la vida, nada como un poquito de sabiduría ajena:

- "Solo cuando se haya cortado el último árbol, solo cuando el último río haya desaparecido envenenado, solo cuando se haya capturado el último pez, solo entonces podrás entender que el dinero no sirve para poder comer". (Proverbio hindú).

- "Como todos los adolescentes intentó definir su identidad mediante el desafío o el conformismo. Elegir un comportamiento reproduciendo el de un grupo o un individuo admirado es una forma de eludir las propias contradicciones". (Céline Curiol).

- "Para tratar de tener influencia en nuestra sociedad o simplemente para triunfar en la lucha por la vida, el ser humano ha de poseer una de estas dos cosas: o una enorme inteligencia o, por el contrario, un corazón de piedra". (Máximo Gorki).

- "Para una persona no violenta, todo el mundo es su familia". (Mahatma Gandhi).

- "Somos lo que hacemos, pero somos, principalmente, lo que hacemos para cambiar lo que somos". (Eduardo Galeano).

Besos y abrazos,

Don.

----------------------------------------------

Divino matutino
(Lunes, 3 de febrero de 2003)

¡Buenos días!

En pasados días los dioses nos regalaron una lluvia de copos de "maná blanco" que tapizó cualquier resquicio del suelo. Y fue tan generosa esa lluvia que todavía perdura por doquier, ayudado por un divino clima, casi paradisíaco, ya que estamos cerca de que no haga ni frío ni calor, que tenemos 3ºC, con lo que casi, casi, hace calorcito, o al menos así yo lo siento pues en la calle me encuentro a gusto.

Ayer estuve en el cine viendo una película brasileña, la candidata por ese país al Óscar a mejor película extranjera de este año, "Ciudad de Dios", de Fernando Meirelles. Magnífica, estupenda, casi divina película que me impresionó agradable y duramente. Agradablemente porque me pareció excepcionalmente buena, y duramente porque la película es dura y contundente, con muchos matices y aristas (casi más que las de un icosaedro), aristas desde el punto de vista de diversos puntos de vista, y aristas desde el punto de vista de aristas afiladas y cortantes, seccionadoras y analíticas de esta realidad que nos ha tocado vivir.

Si vais a verla, dado lo dura que es, os recomendaría que os asentarais bien los redaños, pues vuestras vísceras, mucho más que vuestro corazón, serán removidos por esta demoledora visión de la sociedad, especialmente de las clases menos favorecidas del mundo (del primero, del segundo, y del tercer mundo, y del cuarto, y ...). El título suena a irónico, aunque es el nombre de un barrio marginal que realmente existe en Río de Janeiro, caldo de cultivo de la delincuencia. Es una especie de película de gangsters, con una estética muy original.

Definitivamente, si no lo creíais ya, se os borrará cualquier atisbo de que Dios existe, pues si existiera tal y como nos lo contaron en el colegio, esto sería imposible que sucediera. Ya solo nos queda confiar en la sensatez y sentido común del ser humano (¿existe realmente tal cosa? ...).

Y como frases de sabiduría ajena para hoy tenemos algunas sobre violencia como la que retrata el film y que nuestros "líderes mundiales" no paran de regodearse en ella (¡Dios, qué mundo nos ha tocado vivir!):

- "El hombre es muy inferior a la bestia porque, mientras ésta mata sólo por necesidad, el hombre mata por necesidad, por pasiones, por ideas, y por el gusto de matar". (Enrique Jardiel Poncela).

- "A veces se tropieza uno con hombres tan brutos que se llega a pensar si quienes tendrán talento no serán las mujeres". (Enrique Jardiel Poncela).

- "Pedir más retribución es justo; pedir menos trabajo es humano; pedir más retribución y menos trabajo es gollería". (Enrique Jardiel Poncela).

- "Todo hombre que no tiene ganas de trabajar se erige en jefe para organizar y vigilar el trabajo de los demás". (Enrique Jardiel Poncela).

Besos y abrazos,

Don.
_____

No hay comentarios: