¡Buenos
días!
Triste
y afligida parece la mañana, quizá porque la gris nubosidad la apesadumbra.
Pero no hagamos duelo, ni sangre, del sol huido hace ya bastantes días, que
este bodijo sin lucimiento entre la primavera y los tormentosos nubarrones que
últimamente nos envuelven no será para siempre, y la radiante luz solar volverá
por sí misma.
Este
fin de semana estuve en el teatro viendo "Bodas de sangre",
escrita por Federico García Lorca (1933), dirigida por Antonio Malonda, e
interpretada por Yolanda Rino, Mariano Estudillo, Carlos B. Rodríguez, Marta
Guerras, y Alfonso Begara, entre otros. Inspirada en esta obra teatral, hace
pocos meses vi la película "La novia" (2015), de Paula Ortiz, donde podréis leer
de que va, si es que no conocíais la obra.
Una
muy buena adaptación de la obra (nota: 7), Lorca en estado
puro, con interludios musicales, cantados y bailados, algunos de flamenco
desgarrado, que le sientan como un guante a las obras del magistral Lorca. A
destacar por mi parte, la actuación de la actriz que hace de madre del novio; y
la cantante, de preciosas y exquisitas voz y entonación.
Ahora
algo de sabiduría ajena, que seguro nos ayuda a no hacer sangre de cualquier
menudencia y a no casarnos con casi nadie que no se lo merezca:
- "La sangre se hereda, y el vicio se
apega". (Refrán).
- "Ni boda sin llanto, ni mortuorio sin
risa". (Refrán).
- "Se casaron dos, y al otro día
la
esposa, con acento candoroso,
al
despertar, le preguntó a su esposo:
«¿Me
quieres todavía?». (Ramón de Campoamor).
Besos
y abrazos,
Don.
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