lunes, 16 de mayo de 2016

Corazonazo matutino

¡Buenos días!

No me cabe el corazón en el pecho cada vez que vengo por aquí, por mis bien amados matutinos, a los que mimo y cuido, sin esperar nada a cambio, aunque todo me lo den sin ni siquiera dármelo, y viceversa, espero. Me parten el corazón sin yo sufrir el más leve daño. Por lo demás, tras tantos días de gris nubosidad y tormentosos chaparrones, por fin parece que el sol se anima a lucir sin mesura, cual corazón palpitante en medio del cielo azul, bombeando su infinita luminosidad por doquier, y arropado con mimo por algunas aisladas nubes de algodón. Las máximas ya empiezan a coquetear tímidamente con los 20ºC... y viniéndose arriba para próximos días al calor del sol.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Corazón gigante" ("Fúsi"), de Dagur Kári, y con Gunnar Jónsson e Ilmur Kristjánsdóttir. Es el primer largo que veo de este director islandés.

Fúsi es un cuarentón de casi dos metros de alto y doscientos kilos de peso, solitario e inadaptado, un bonachón introvertido que vive con su madre, jamás ha tenido novia, y se divierte en casa jugando con maquetas en las que recrea batallas de la II Guerra Mundial. Trabaja como porteador de equipajes en el aeropuerto, y día sí, día también, sus compañeros de trabajo se mofan de él y le gastan bromas pesadas, soportando con bondadoso estoicismo su particular calvario. Todo cambiará a partir del día de su cumpleaños, en el que su madre y el novio de ella le regalan, contra su voluntad, un bono para asistir a unas clases de baile, donde conocerá a una mujer con intensos altibajos emocionales, tan solitaria como él, y muy necesitada de ayuda.

Una estupenda película (nota: 8) este muy peculiar melodrama romántico, pleno de ternura e inmensa humanidad, sin el más leve ápice de azúcar, con lo que se quedaría en drama, pero en las antípodas del dramón, y con toques de gélida comedia nórdica, tan helada que casi ni lo parece. Nos cuenta una preciosa historia sobre un ingenuo y noblote grandullón que apenas ha salido del cascarón, que gracias a su relación con una mujer, y también con una niña vecina suya, acabará por encontrar su lugar en el mundo... de una manera insospechada. De refilón, también nos habla de lo inapropiado de juzgar a los demás por las apariencias. Os la recomiendo si no os importa ver un cine distinto de las usuales convenciones, pero rebosante de inmensa hermosura vital. Por algunos detalles, en forma y contenido, me recordó a un exquisito film argentino que me maravilló, y también absolutamente recomendable: "Todas las azafatas van al cielo" (2002) de Daniel Burman.

Ahora tengo la corazonada de que viene la sabiduría ajena, así que ahí os dejo, de todo corazón, con unas citas que me encajan como anillo al dedo con lo que se trata en este espléndido film:

 - "El justo debe imitar al bosque de sándalo, que perfuma al hacha que lo lastima".  (Proverbio indio).

 - "Ámame cuando menos lo merezca, ya que es cuando más lo necesito".  (Proverbio chino).

 - "Para gozar íntimamente y para amar se necesita soledad, mas para salir airoso se precisa vivir en el mundo".  (Stendhal).

Besos y abrazos,

Don.
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