¡Buenos
días!
Como
agua de mayo me vienen los matutinos cada vez que me apetece hacer de mi capa
un sayo, que conservaré cerca de mí hasta el día 40 de este mes por si
refresca, según el refrán, pues aquí doy rienda suelta a mi libre albedrío para
que desparrame todo lo que pasa por mi cabeza, como quien siembra el campo tras
las lluvias primaverales de estos días, que parece van tocando a su fin, y ya
este mismo fin de semana cesarán, saldrá el sol y volverán a subir las
temperaturas máximas por encima de los 20ºC, y el tópico del mayo florido será
más cierto que nunca.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Mayo de 1940"
("En mai, fais ce qu'il te plaît"), de Christian Carion, y con August
Diehl, Olivier Gourmet, Mathilde Seigner, Alice Isaaz, y Matthew Rhys. Es el
cuarto largo, y primero suyo que veo, de este director francés.
El
título original es la segunda parte de un refrán francés que dice: "En
avril ne te découvvre pas d'un fil. En mai fais ce qu'il te plaît", que
viene a decir que en abril no te quites todavía la ropa (de abrigo), pero en
mayo haz lo que te plazca, vamos, más o menos lo que dice nuestro refrán ese de
"Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo", lo que demuestra
que aquí somos más frioleros, pues queremos estar abrigaditos hasta algo más de
un mes después. ¡Chicarrones del norte estos franceses!... ¡Obvio!...
En
1939 un alemán huye de su país perseguido por el régimen nazi pues es un
activista político contrario a su nefasto ideario. Se lleva consigo a su hijo,
y se refugia en un pequeño pueblo del norte de Francia, donde trabaja
escondiendo su identidad y nacionalidad verdaderas. Un año después, en mayo de
1940, ya con la II Guerra Mundial comenzada, los alemanes invaden Francia, y
millones de franceses inician un éxodo masivo por el país huyendo de la guerra.
En el revuelo, padre e hijo acaban separados. El niño va junto a su profesora
del colegio y el resto de vecinos de la aldea; y el padre, junto a un oficial
inglés (escocés en realidad), único superviviente de su unidad tras una
refriega con los alemanes. El británico queriendo volver a su país, y el padre
iniciando una desesperada búsqueda de su hijo para tratar de reencontrarse.
Una
muy buena película (nota: 7), muy bien hecha, y que os recomiendo pues
seguro gustará a la mayoría, esta emotiva (al final), a la par que entretenida
historia inspirada en las vivencias de la madre del director (y de otra gente
más) cuando huyó junto a su familia del avance del ejército alemán integrando
una emigración en masa de franceses (y algunos otros de diversas
nacionalidades), quienes en caravana, cual si fueran al oeste, aunque en
realidad iban al sur, dejaron todo atrás para intentar sobrevivir. Los
parecidos con la actual situación de los refugiados sirios vagando por Europa
huyendo de la guerra de su país son más que evidentes. Tanto el título (el
original francés, repito) como la escena final, destilan la libertad, la de
tomar cada uno su propio camino, la de hacer de nuestra capa un sayo, porque
entonces era, y ahora es, mayo.
Ahora
algo más de sabiduría ajena, amén de la refranera de hace unos párrafos, con
algún que otro refrán de añadidura:
- "Agua por mayo, pan para todo el
año". (Refrán).
- "No menos que el saber me place el
dudar". (Dante Alighieri).
- "Nada apetecen tanto los hombres como
conservar la vida, y nada hay por que menos se esfuercen en dirigirse
bien". (John Lubbock).
- "La libertad, Sancho, es uno de los más
preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden
igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así
como por la honra, se puede y debe aventurar la vida". (Miguel de Cervantes).
- "No existe la libertad, sino la
búsqueda de la libertad, y esa búsqueda es la que nos hace libres". (Carlos Fuentes).
- "Somos libres: libres como las barcas
perdidas en el mar". (John Dos
Passos).
Besos
y abrazos,
Don.
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