sábado, 6 de noviembre de 2021

Matutino sin duelo

¡Buenos días!

Pues eso, con abundante alborozo, que no hay agravios que lidiar por estos lares matutinos, mi inviolable sanctasanctórum mañanero, en el que desparramo a diestro y siniestro sobre lo que me place a partir de las películas que suelo ver, empiezo a pelearme con el teclado para intentar rematar este matutino que tengo entre manos, en esta fresca mañana de otoño, soleada, con casi helador amanecer y máxima prevista de 12ºC por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El último duelo" ("The last duel", 2021), de Ridley Scott, y con Matt Damon, Adam Driver, Jodie Comer, y Ben Affleck. De este director, leyenda viva del cine, he visto casi todos sus films, unos mejores y otros peores, desde que debutara con la sobresaliente "Los duelistas" ("The duellists", 1977), siguiera con la estupenda "Alien, el octavo pasajero" ("Alien", 1979), y con esa obra maestra absoluta que es para mí "Blade runner" (1982); del anterior siglo también vi "Black rain" (1989) y la sobresaliente "Thelma & Louise" (1991). Ya en este siglo vi, y empezando por la más reciente, "Todo el dinero del mundo" ("All the money in the world", 2017), "Marte (The martian)" ("The martian", 2015), "Exodus: dioses y reyes" ("Exodus: gods and kings", 2014), "Prometheus" (2012), "Robin Hood" (2010), "Red de mentiras" ("Body of lies", 2008), "American gangster" (2007), "El reino de los cielos" ("Kingdom of Heaven", 2005), "Los impostores" ("Matchstick men", 2003), "Black Hawk derribado" ("Black Hawk down", 2001), y la espléndida "Gladiator" (2000).

Basada en hechos reales, se nos narra el duelo entre dos caballeros, grandes amigos tiempo atrás y que con el devenir de las circunstancias fueron convirtiéndose en rivales acérrimos, en la Francia de finales del siglo XIV. Duelo provocado por la declaración de la esposa de uno de ellos de haber sido violada por el otro. Ante la incredulidad de todos por tal confesión, y para salvar el honor de la familia, el marido decide retar a muerte a su antaño amigo en presencia del rey.

Buena película (nota: 6), con sus más y sus menos, de espléndida factura técnica, como siempre en su director, con elementos comunes a buena parte de sus anteriores trabajos. Historia oscura, cruda y violenta, como la época que se retrata, sobre el último duelo a muerte que se permitió legalmente en Francia, en el que no solo se jugaban la vida los dos contendientes, sino también la agraviada en función del resultado del combate (cosas de la justicia divina de entonces), narrada desde los tres puntos de vista de los protagonistas sobre los mismos hechos, como sucede en la magistral "Rashomon" (1950) de Akira Kurosawa. Se nos habla de opresión femenina y de la enorme valentía necesaria para enfrentarse a una terrible presión social, nada pro femenina por entonces, que en aquel tiempo implicaba la muerte si se determinaba perjurio, y que aunque hoy en día no es así, tampoco anda lejos la situación con la cosa de la violación con ciertos juzgadores retrógrados.

Ahora, antes de que os violentéis por su ausencia, ahí os dejo en la arena de combate de la sabiduría ajena este par de citas, de las que espero juzguéis con buen tino su idoneidad (o no):

 - "Los jueces no deben ser árbitros que decidan en las disputas con arreglo a sus propios criterios; son simplemente funcionarios a los cuales se les ha encomendado el deber de aplicar las leyes con la mayor rectitud".  (Ramiro de Maeztu).

 - "El silencio o la pausa son necesarios para quien ha ofendido pueda retroceder y congraciarse sin retirar el insulto ni pedir perdón. Cuando hay mutuo abuso lo dicho acaba por diluirse solo, como las disputas entre hermanos cuando aún son pequeños".  (Javier Marías).

Besos y abrazos,

Don.

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