martes, 7 de agosto de 2012

Os prometo que sé de dónde vienen los matutinos

¡Buenos días!

Fácil promesa, que yo soy su creador, pero os aseguro que no de París, y no os pienso decir más para dejaros el tormento sin fin (como si os devoraran en vivo el hígado cada día) de la eterna duda, y ganarme así vuestra incondicional y sumisa fe, irracional, aunque la razón necesite algo de prometedora fe que la guíe en su errática búsqueda de la verdad. Y también os prometo que hoy hará calor, que estamos de estío y es lo que toca, seguro de no decepcionaros, como normalmente no hacen los políticos, que para ganarse nuestro sumiso voto nos prometen que nevará en verano.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Prometheus", de Ridley Scott, y con Noomi Rapace, Michael Fassbender, y Charlize Theron, entre otros. De este director he visto la mayoría de su larga filmografía (con sus altibajos), comenzando por la sobresaliente "Los duelistas" ("The duellists", 1978), siguiendo por la estupenda "Alien, el octavo pasajero" ("Alien", 1979), y por esa obra maestra absoluta que es para mí "Blade runner" (1982); y terminando por la anterior suya, "Robin Hood" (2010).

La nave Prometheus, fletada por un ambicioso magnate, surca el espacio hacia un lejanísimo planeta que, según diversas inscripciones rupestres encontradas en la Tierra por una pareja de arqueólogos, parece ser el origen de la humanidad. Científicos (este par de arqueólogos incluidos) y tripulantes, ayudados por un eficiente robot humanoide que se encarga de que todo funcione a la perfección, se encontrarán un inquietante escenario cuando llegan y comienzan a buscar el porqué de dónde venimos y estamos aquí.

Este film, de título con reminiscencias míticas clásicas (el año pasado vi una obra de teatro titulada "Prometeo", basada en el homónimo mito) es una precuela de "Alien", que mantiene su estructura básica, con un ahondamiento en ciertas disquisiciones filosóficas y míticas que la emparentan con sendas obras maestras, "Blade runner" y "2001: una odisea del espacio" ("2001: a space odyssey", 1968), de Stanley Kubrick. De hecho, contiene claras referencias a ambas. Muy buena película, especialmente técnica y estéticamente, pero que a mi entender aporta poca novedad, y cuyas disquisiciones a ratos me chirriaban (por mi concepción absolutamente empírica y sin cortapisas del auténtico conocimiento científico universal), casi tanto como el estridente chillido del monstruo original de "Alien".

Ahora algo de sabiduría ajena que tal vez nos ayude en la incesante búsqueda del porqué, del cómo, del ...:

 - "Gracias quiero dar al divino laberinto de los efectos y de las causas por la diversidad de criaturas que forman este singular universo".  (Jorge Luis Borges).

 - "Me he dedicado a investigar la vida y no sé por qué ni para qué existe".  (Severo Ochoa).

 - "Quien no duda, no reflexiona; quien no reflexiona, no ve, permanece en la ceguera, la perplejidad y el error".  (Al Ghazali).

 - "La desmesura al madurar grana en la espiga del error, y la cosecha que se recoge sólo consiste en lágrimas".  (Esquilo).

 - "El viajero piensa que la vida a contrapelo, la vida de las ciudades y los escalafones, es un pecado triste y aburrido, una atadura puesta por el diablo para mejor gobernar las almas prisioneras".  (Camilo José Cela).

 - "Ni aun permaneciendo sentado junto al fuego de su hogar puede el hombre escapar a la sentencia de su destino".  (Esquilo).

 - "Nunca se alcanza la verdad total, ni nunca se está totalmente alejado de ella".  (Aristóteles).

 - "Es una ley: sufrir para comprender".  (Esquilo).

 - "Sólo formular determinadas preguntas puede traer consigo el derrumbe de las creencias enquistadas y nunca puestas en cuestión que, precisamente por eso, nos hacen más fácil la vida. La filosofía es incómoda por naturaleza".  (Inmaculada Murcia).

Besos y abrazos,

Don.
_____

No hay comentarios: