martes, 16 de noviembre de 2021

Matutinos engullidos, la mar de ellos

¡Buenos días!

En esta vorágine de matutinos que cada pocos días salen de mi seno, no sé si de mis tripas o de mi mente, acaban devorados por sí mismos o por los de al lado o más allá, no sé si algunos de ellos, o la mayoría, pero tras la calma constato que no es así, que todos llegaron a la orilla sanos y salvos. Pues nos hemos despertado otro día más con otro océano celeste por el que navega el radiante sol con calma chicha, sin atisbo de nubes ni precipitaciones por el horizonte de las previsiones meteorológicas. Otro día más de otoñal serenidad el de hoy, en el que la máxima prevista por los madriles será de 14ºC, con frescor mañanero y tibieza al mediodía.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El vientre del mar" ("El ventre del mar", 2021), dirigida por Agustí Villaronga, adaptación de un relato de Alessandro Baricco ("Oceano mare"), y con Roger Casamajor, Òscar Kapoya, y Mumi Diallo. De este director había visto dos de sus anteriores largos, "Incierta gloria" ("Incerta glòria", 2017) y "Pan negro" ("Pa negre", 2010).

En junio de 1816 una fragata de la marina francesa encalla en un bajío de arena frente a las costas de Senegal. Como los escasos botes salvavidas no son suficientes para todos, se construye una precaria balsa a la que suben 147 personas (soldados, marineros, y algunos de los pasajeros y oficiales) y que es remolcada por los botes. Pero enseguida se rompe la amarra que los une, no se sabe si por desgaste o porque alguien la cortó deliberadamente, y la balsa queda a la deriva y sus hacinados ocupantes a su suerte en medio del mar. El caos y el pánico se adueñan de los náufragos, que se van diezmando rápidamente debido al hambre, las inclemencias meteorológicas, la locura y las luchas intestinas por controlar los ínfimos recursos que poseen. Este hecho real quedó plasmado en un famoso cuadro que hay en el Museo del Louvre, "La balsa de la medusa" de Théodore Géricault.

Película que no me acabó de llegar (nota: 5), no tanto porque naufragara estrepitosamente, como porque no conecté del todo con ella. Muy buenas maneras formales que combinan varios estilos para mostrarlas, preciosa fotografía en blanco y negro; pero sus buenas intenciones, a pesar de su ínfimo presupuesto, quizá llevaban demasiado trapo, demasiado aparejo, algo engolado, como su presunto aliento poético, que me rechinó. Aparte de contarnos lo que nos cuenta, el horror de la supervivencia al límite en el mar, parece que también habla de la actual crisis migratoria del Mediterráneo y de pasados horrores debidos a la intolerancia hacia el diferente. Tiene maneras teatrales, dado que en principio era una obra teatral que no pudo ser debido a la pandemia Covid, y que se reconvirtió en película.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, pocas, para no empacharnos, y para que este matutino no zozobre:

 - "El vientre no oye preceptos; pide, grita".  (Séneca).

 - "El vientre en ayuno no oye a ninguno".  (Refrán).

 - "Ley implacable de la naturaleza: o devorar, o ser devorado. Pueblos e individuos, o víctimas o verdugos".  (Mariano José de Larra).

 - "Un hombre no es desdichado a causa de la ambición, sino porque ésta lo devora".  (Montesquieu).

Besos y abrazos,

Don.

_____

No hay comentarios: