lunes, 29 de abril de 2019

Glorioso arrebato matutino a rebato

¡Buenos días!

Creo que me voy a rebatir, en lo que al título respecta, pero solo en su parte final, pues en este remanso de paz matutino, de contenidas pasiones que a gloria me saben, nada me alarma ni aviso alguno tengo que dar de ello. Por lo demás, la primavera ha vuelto por sus más paradisíacos fueros, casi que echando las campanas al vuelo, en esta serena y radiantemente soleada mañanita, con contenida vehemencia y 24ºC de máxima prevista por los madriles.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Gloria Bell", de Sebastián Lelio, y con Julianne Moore y John Turturro. Séptimo largo de este director chileno, de quien había visto sus tres anteriores, "Una mujer fantástica" (2017), la para mí magistral "Disobedience" (2017), y "Gloria" (2013). De hecho, la que hoy glosaré, norteamericana, es un auto-remake de la casi homónima, chilena.

Gloria es una cincuentona divorciada desde hace más de diez años, madre de dos hijos que ya volaron del nido y tienen su propia vida, y que le acaban de hacer abuela. Vive sola, y pasa los días en su aburrido trabajo, las tardes en actividades lúdicas, y las noches en las discotecas bebiendo cócteles y bailando con quien se tercie. Una noche conoce a un tipo con el que inicia un apasionado romance, al que se entrega en cuerpo y alma. Habrá complicaciones, pero su indómito espíritu puede con todo, se levanta tras cada decepción, y sigue bailando sin desánimo hasta que el cuerpo aguante.

Estupenda película (nota: 8) que incluso siendo casi la misma que la original chilena, salvo nimias diferencias, me gustó más que la otra vez, pues entonces me dejó algo frío. No sé si será debido a que ahora tendría el estado de ánimo en mejor sintonía para empatizar con la vitalista protagonista o qué (tal vez que Julianne Moore me pone, y mucho), pero el caso es que desde su anterior incursión extranjera con "Disobedience", con la que quedé maravillado, de diez, me encanta todo lo que hace Sebastián Lelio, sus historias, su modo de mirar y enfocar sus personajes y sus circunstancias.

Una observación, las canciones que canta o tararea la protagonista, tanto en la discoteca como mientras conduce el coche, en ambas versiones, en aquella canciones latinas, ahora anglosajonas, dicen mucho (sus letras) de su estado de ánimo en esos momentos. Además, se declama un precioso poema, "Poema para una joven amiga que intentó quitarse la vida", de Claudio Bertoni, que en cierto modo me evocó a otro de Mario Benedetti, "No te rindas", también maravilloso.

Ahora, en la sección de sabiduría ajena, bien podrían valer las citas que en su día puse cuando glosé la "Gloria" chilena, pero también estas dos más, la primera un trozo de poema, cervantino este:

 - "Por eso juzgo y discierno
por cosa cierta y notoria,
que tiene el amor su gloria
a las puertas del infierno".  (Miguel de Cervantes).

 - "Tan gloriosa es una bella retirada como una gallarda acometida".  (Baltasar Gracián).

Besos y abrazos,

Don.
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