lunes, 1 de abril de 2019

Imperiales matutinos y sus caídas

¡Buenos días!

No sé si serán muy ocurrentes estos matutinos que a veces me dominan en sus desparrames, que quizá hacen de su capa un sayo, yendo por donde les place, pero nunca desmoronándose ante lo que les acontece, siempre buscando el mejor modo de continuar. Pues bien, la primavera se nos ha desplomado también, con un plomizo cielo de nubes que destilan de cuando en cuando agua, con caída térmica (17ºC de máxima prevista para hoy y bajando más en sucesivos días), remedando al otoño si no fuera por los floridos parterres naturales y brotes verdes que la delatan.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La caída del imperio americano" ("La chute de l'empire américain"), de Denys Arcand, y con Alexandre Landry, Maripier Morin, Rémy Girard, Louis Morissette, Maxim Roy, Pierre Curzi, y Vincent Leclerc. De este veterano director canadiense había visto dos de sus anteriores films, "La edad de la ignorancia" ("L'âge des ténèbres", 2007), y "Las invasiones bárbaras" ("Les invasions barbares", 2003).

Un treintañero, un pánfilo sentencioso al que le cuesta relacionarse con los demás, sin éxito con las mujeres, doctor en filosofía, muy culto, tipo generoso con los demás que ayuda en una ONG de asistencia a personas desfavorecidas y trabaja como repartidor por un sueldo miserable, cuando va a hacer entrega de uno de sus paquetes se topa con un asalto a mano armada que ha salido mal y en el que mueren casi todos, atracadores y atracados, menos uno de los atracadores, gravemente herido, que se deja atrás dos bolsones con millones de dólares en su interior. Duda que hacer, pero al final se lleva a casa el dinero. Lo primero que hace es gastarse un poco con una prostituta de lujo, la más cara de Montreal, de la que se enamora, y a la que sigue contratando. Como no sabe que hacer con tanto dinero, contacta con un mediático delincuente, actualmente en la cárcel y que aprovecha sus permisos carcelarios para estudiar finanzas empresariales en la facultad, para que le asesore que hacer con tanto dinero negro. Mientras tanto la policía empieza a investigarle pues todos los indicios apuntan a que él se pudo haber quedado con el dinero.

Una muy buena película (nota: 7) esta divertida, socarrona y muy entretenida comedia sobre atracos imperfectos, plena de sátira social en la que se critica, según su propio director, la omnipotencia del dinero y la decadencia moral del imperio (capitalista occidental) en nuestra opulenta sociedad (aparentemente y no para todos), no dejando títere con cabeza, especialmente en la magnífica secuencia inicial de la charla del protagonista con la novia que le abandona por incompetente, en la que se despacha a gusto contra la estupidez general, la de políticos corruptos, financieros sin escrúpulos, mafiosos varios, que campan impunes y a sus anchas, y la del pueblo aborregado.

Por cierto, ahora que caigo, ya llegamos al dominio de la sabiduría ajena, en la que bien podían entrar varias de las sentencias que espeta el protagonista, a las que añado estas que cayeron en mis manos cual maná que satisfaga a los que necesiten de ellas:

 - "Los amores son como los imperios: cuando desaparece la idea sobre la cual han sido construidos, perecen ellos también".  (Milan Kundera).

 - "Si te cae a mano el tarro de la meloja, calla y moja".  (Refrán).

 - "El secreto placer de un acto generoso es el mayor placer de un espíritu elevado".  (John Dryden).

Besos y abrazos,

Don.
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