No
sé si serán muy ocurrentes estos matutinos que a veces me dominan en sus
desparrames, que quizá hacen de su capa un sayo, yendo por donde les place,
pero nunca desmoronándose ante lo que les acontece, siempre buscando el mejor
modo de continuar. Pues bien, la primavera se nos ha desplomado también, con un
plomizo cielo de nubes que destilan de cuando en cuando agua, con caída térmica
(17ºC de máxima prevista para hoy y bajando más en sucesivos días), remedando
al otoño si no fuera por los floridos parterres naturales y brotes verdes que
la delatan.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "La caída del imperio americano"
("La chute de l'empire américain"), de Denys Arcand, y con Alexandre
Landry, Maripier Morin, Rémy Girard, Louis Morissette, Maxim Roy, Pierre Curzi,
y Vincent Leclerc. De este veterano director canadiense había visto dos de sus
anteriores films, "La edad de la ignorancia" ("L'âge des
ténèbres", 2007), y "Las invasiones bárbaras" ("Les invasions
barbares", 2003).
Un
treintañero, un pánfilo sentencioso al que le cuesta relacionarse con los
demás, sin éxito con las mujeres, doctor en filosofía, muy culto, tipo generoso
con los demás que ayuda en una ONG de asistencia a personas desfavorecidas y
trabaja como repartidor por un sueldo miserable, cuando va a hacer entrega de
uno de sus paquetes se topa con un asalto a mano armada que ha salido mal y en
el que mueren casi todos, atracadores y atracados, menos uno de los
atracadores, gravemente herido, que se deja atrás dos bolsones con millones de
dólares en su interior. Duda que hacer, pero al final se lleva a casa el
dinero. Lo primero que hace es gastarse un poco con una prostituta de lujo, la
más cara de Montreal, de la que se enamora, y a la que sigue contratando. Como
no sabe que hacer con tanto dinero, contacta con un mediático delincuente,
actualmente en la cárcel y que aprovecha sus permisos carcelarios para estudiar
finanzas empresariales en la facultad, para que le asesore que hacer con tanto
dinero negro. Mientras tanto la policía empieza a investigarle pues todos los
indicios apuntan a que él se pudo haber quedado con el dinero.
Una
muy buena película (nota: 7) esta divertida, socarrona y muy entretenida
comedia sobre atracos imperfectos, plena de sátira social en la que se critica,
según su propio director, la omnipotencia del dinero y la decadencia moral del
imperio (capitalista occidental) en nuestra opulenta sociedad (aparentemente y
no para todos), no dejando títere con cabeza, especialmente en la magnífica
secuencia inicial de la charla del protagonista con la novia que le abandona
por incompetente, en la que se despacha a gusto contra la estupidez general, la
de políticos corruptos, financieros sin escrúpulos, mafiosos varios, que campan
impunes y a sus anchas, y la del pueblo aborregado.
Por
cierto, ahora que caigo, ya llegamos al dominio de la sabiduría ajena, en la
que bien podían entrar varias de las sentencias que espeta el protagonista, a
las que añado estas que cayeron en mis manos cual maná que satisfaga a los que
necesiten de ellas:
- "Los amores son como los imperios:
cuando desaparece la idea sobre la cual han sido construidos, perecen ellos
también". (Milan Kundera).
- "Si te cae a mano el tarro de la
meloja, calla y moja". (Refrán).
- "El secreto placer de un acto generoso
es el mayor placer de un espíritu elevado". (John Dryden).
Besos
y abrazos,
Don.
_____
No hay comentarios:
Publicar un comentario