¡Buenos
días!
No
va de pluma este matutino, aunque todos vuelen siempre muy alto, pues no la
necesitan, que se escriben en virtual negro sobre blanco a golpe de tecla.
Tampoco es que sea especialmente extraño con respecto a los demás... ¡pío, pío,
a ver si voy a ser yo el bicho raro... miau! El caso es que a veces así me
siento, con independencia de que lo sea o no. Por lo demás, estos días de
primavera son de lo más normalitos, con alguna extravagante nube obnubilada
rápidamente abrazada por el cálido sol, que luce esplendoroso, con máxima
prevista para hoy de 21ºC.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Rara", de
Pepa San Martín, y con Julia Lübbert, Emilia Ossandón, Mariana Loyola, Agustina
Muñoz, y Daniel Muñoz. Basado en un hecho real de una jueza que perdió la custodia de sus hijas por vivir
con una mujer, es el debut en el largo de esta directora chilena.
Una
niña que está a punto de cumplir 13 años vive en casa con su hermana pequeña,
su madre divorciada, y la novia de esta. Está empezando a interesarse por los
chicos y a preocuparse por lo que le rodea más allá de su madre, con la que
empieza a discutir cada vez más, tratando de encontrar su lugar en el mundo. Su
padre, casado con otra mujer, cree que los disgustos de su hija tienen que ver
con el hecho de la homosexualidad de su ex, pero no es así, son cosas de la
adolescencia en general, que se sienten extrañados de sí mismos y también ven
rara a su familia, sea la que sea.
Una
buena película (nota: 6) este drama naturalista que no hace dramas de lo
que nos cuenta ni juzga ni prejuzga a ninguno de sus personajes, que todos
tienen sus buenas razones, con toques de humor, sobre los cotidianos problemas
de convivencia de una preadolescente que no se siente escuchada en sus deseos
ni por su madre ni por su padre, y que va madurando en el proceso de irse
abriendo a la vida, vista a través de la desprejuiciada e incisiva mirada de la
infancia que se esfuma en el trance y de cómo su inocencia se va perdiendo poco
a poco presionada por el entorno social y sus hipocresías. El azar, para ella,
ha querido que esto ocurra en su peculiar familia, como podría haberlo hecho en
cualquier otra de distinto pelaje. En definitiva, que lo que destila es que la
única regla que debería haber para considerar a una familia auténtica sería el
genuino amor entre sus integrantes, punto, sin demás consideraciones, que no
son sino inútiles prejuicios.
Ahora,
como es perfectamente normal al llegar al final de cada matutino, unas citas de
sabiduría ajena, que tal vez nos ayuden a no guiarnos por los aparentes
prejuicios ni extrañarnos de lo raro, que siempre es relativo, que depende de
según como se mire:
- "Es un mérito bien raro saber juzgar con
cordura los tiempos a que se pertenece".
(Honoré de Balzac).
- "Hay algo en el mundo que es todavía
más raro que los brillantes y las perlas: el buen juicio". (Jean de la Bruyère).
- "Raro y celestial don, el que sepa
sentir y razonar al mismo tiempo".
(Vittorio Alfieri).
- "La afabilidad y la indulgencia
verdadera son frutos raros de la reflexión, de la experiencia y de la
razón". (Barón de Holbach).
Besos
y abrazos,
Don.
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