sábado, 11 de marzo de 2017

Matutino litigante

¡Buenos días!

¡No, que yo no soy esa!... quería decir, en este remanso de paz y buena armonía matutina, al que cada mañana rindo pleitesía, pleitear jamás se me ocurriría. Y mucho menos en este dulcísimo día de primavera adelantada a su ya casi inminente equinoccio que vendrá en menos de diez días, soleada, con 24ºC de máxima prevista, que nos invita a que disfrutemos del momento, de lo que nos rodea, y hace olvidar todo resquemor que eventualmente pudiera importunarnos.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Yo no soy Madame Bovary" ("Wo bu shi Pan Jinlian"), de Feng Xiaogang, y con Fan Bingbing. Es el primer largo que veo de este veterano director chino. Está basado en la novela homónima (en chino) de Liu Zhenyun, también guionista del film. Una aclaración cultural que se hace nada más comenzar la película: en China se denomina despectivamente Pan Jinlian a las malas esposas, adúlteras y aquellas que no cumplen con lo que se espera de ellas, pues esa mujer conspiró con su amante para asesinar a su marido. En los países occidentales, que desconocemos esto, se cambió en la traducción el nombre propio del título en chino por el de Madame Bovary, el famoso personaje novelesco de Gustave Flaubert que también engañó a su marido.

Una joven pareja de casados, para conseguir un nuevo apartamento, montan un falso divorcio, y una vez conseguido el inmueble, volver a casarse. Pero el marido inesperadamente se casa con otra y la deja compuesta y sin marido, ni tampoco casa nueva, que ocupa con su nueva mujer. Profundamente despechada acude a los tribunales a reclamar que se anule ese divorcio, con la idea de una vez conseguido esto, divorciarse, esta vez de verdad, de su odiado marido, que la acusa de ser una Pan Jinlian, y así vengarse de él. Pero pierde el litigio, así que empecinada en conseguir su propósito de redimir su buen nombre emprenderá un laberíntico proceso de diez años, de reclamaciones ante cada vez más altas instancias burocráticas, que nada entienden, ni del caso ni de la sociedad en general, pues velan más por conservar su puesto que por el bien de sus administrados.

Muy buena película (nota: 7) esta satírica comedia sobre el absurdo, tanto el de la vida en general, de sus pequeños actos cotidianos, como el de la burocracia en particular. Maravillosa fotografía, muy pictórica, hermosísima, enmarcada la mayor parte de su metraje en un círculo (el resto de la pantalla en negro), cual si estuviéramos cotilleando por una mirilla, aunque al poco ya ni te das cuenta de ese detalle técnico y tu cabeza, ya inadvertidamente, te lo hace ver normalmente, ignorando la zona oscura. Comedia principalmente por lo que respecta a la sarcástica crítica social de una kafkiana burocracia, y melodrama en lo relativo a la peripecia personal de la protagonista para conseguir ser redimida de su mala fama.

En la sección de sabiduría ajena tres citas, con cierta relación con el film, de Flaubert, a pesar de que su Madame Bovary tiene poco que ver, si acaso tangencialmente y en el título, con la atribulada heroína fílmica:

 - "La humanidad es como es. No se trata de cambiarla, sino de conocerla".  (Gustave Flaubert).

 - "Un hombre que juzga a otro hombre es un espectáculo que me haría estallar de risa, si no me diese piedad".  (Gustave Flaubert).

 - "Bovarismo es no estar contento con la realidad, un anhelo de una vida construida sobre ensoñaciones".  (Gustave Flaubert).

Besos y abrazos,

Don.
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