sábado, 15 de julio de 2017

Vespertino que hace que cante como los arcángeles

¡Buenas tardes!

Lo intentaré, pero ahora que lo pienso va a ser que no, que lo que me conviene sería cacarear cual gallo desgañitado que enciende el alba y que se pusiera a llover con las disonancias para que suavizase esta sudorosa canícula que nos aplatana sin remisión e impide cantar ni hacer nada que implique mover un solo pelo de nosotros, con máximas previstas para estos días de un poco por debajo de la cuarentena, que incluso se llegó a rebasar el pasado viernes por los madriles. Vamos, que en las antípodas térmicas del paraíso nos encontramos, cercanos a un infierno en plena ebullición, del que huyeron serafines y querubines afónicos de tanto desafinar cual gallináceas gritando despavoridos.

Pues ese mismo viernes, por la noche, sin que apenas hubiese bajado la  torradera con la caída del inclemente sol, estuve en un festival de música de Villaviciosa de Odón en el que ese día tocaba la actuación de un cantaor flamenco, Arcángel, junto con el guitarrista Jesús Guerrero y el percusionista Agustín Diassera, soberbios los tres, ¡chapeau! A Arcángel ya lo vi en 2010 en otro concierto, en el XVIII Festival de Flamenco de Madrid, y en el que actuaba como telonero de Enrique Morente (también hubo otro telonero más, Dorantes). Ya me encantó entonces, como lo hizo ahora.

Más que sobresaliente actuación (nota: 9), que me emocionó sobremanera y me puso la carne de gallina y los pelos como escarpias en varias ocasiones, la de este ya maestro en lo de los cantes flamencos, a los que además sigue haciendo evolucionar, sin prisa pero sin pausa, según me pareció, que la percusión utilizada, por ejemplo, jamás la había visto ni oído, pues aunque había elementos como el cajón (de origen peruano, de su música afrolatina), ya un clásico acompañando las honduras del cante, aunque incorporado recientemente al flamenco por Paco de Lucía en 1977, había otros nuevos para mí. Si os gusta el flamenco, o incluso si ni fu ni fa, os recomiendo que lo escuchéis si tenéis oportunidad y os dejéis envolver por su duende.

Ahora unas citas de sabiduría ajena que a lo mejor nos llevan a los altares del entendimiento del mundo que nos rodea (sin tanto agobio como estos tórridos calores que nos azotan):

 - "Cada gallo canta en su gallinero, y el que es bueno, en el suyo y en el ajeno".  (Refrán).

 - "Cuando el mirlo canta, si llueve, señal de agua".  (Refrán).

 - "Bajo el verdor con un poco de pan, vino, el libro de un poeta, y tú cantando a mi lado en el desierto, ¡el desierto me sería un paraíso!".  (Omar Khayyam).

Besos y abrazos,

Don.
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