martes, 7 de marzo de 2023

Matutino que escucha su más hondo ser

¡Buenos días!

A veces afloran por aquí algunas de mis ocultas e intrínsecas sensaciones, a las que voy dando voz tecla a tecla, incluso a veces recreándolas, y recreándome en ellas más o menos ensimismadamente. Esto me libera tal vez de ciertos fantasmas que pudieran abrumarme. A pesar del nuboso y gris despertar de hoy, la primavera ya late en estos terminales días de invierno, tratando de asomar por doquier, incluso por los poros de mi piel en forma de adolescentes espinillas, cual las verdes hojas brotadas del machadiano olmo viejo, infundiéndonos de una exultante vitalidad. El sol quiere también sacar su cabecita por entre la maraña nubosa en esta tibia jornada en la que se esperan 16ºC de máxima por los madriles.

Este fin de semana estuve en el teatro viendo la obra "El sonido oculto", escrita por Adam Rapp ("The sound inside", 2018), adaptada (muy bien) y dirigida por Juan Carlos Rubio, e interpretada por Toni Acosta y Omar Ayuso.

Una profesora de escritura en la Universidad de Salamanca, y también novelista, una mujer madura, solitaria y enfrascada en sus libros, a quien los médicos le acaban de diagnosticar un grave cáncer, recibe un día la visita, durante sus horas de tutoría, de uno de sus alumnos, brillante y enigmático, quien allí se planta sin haber pedido cita previa, y que quiere que ella le oriente con la novela que está escribiendo. Los encuentros y sus charlas literarias se irán repitiendo más o menos regularmente, sus vínculos intensificándose, y ella abriéndose hasta que se anime a pedirle un favor bastante chocante (por decirlo de algún modo).

Estupenda obra de teatro (nota: 8), contada en tercera persona por parte de la protagonista, de sendos personajes solitarios aversos al correo electrónico y demás redes sociales virtuales y que encuentran en la literatura una válvula de escape a sus algo atormentadas vidas, donde se habla y se cuentan otras historias con paralelismos con la que vemos, con suspense, siendo casi inapreciable la fina línea entre realidad y ficción y de cómo el proceso creativo interconecta ambas, mezclándolas como en el mejor cóctel... por esto me recordó a una película, "En la casa" ("Dans la maison", 2012) de François Ozon, basada a su vez en obra del dramaturgo español Juan Mayorga titulada "El chico de la última fila" (2006), y que se menta en la hoy glosada. Además, también me recordó a otra película por otro motivo bien distinto, a "Wilbur se quiere suicidar" ("Wilbur wants to kill himself", 2002) de Lone Scherfig, por eso de gente que quiere morir y de gente que quiere vivir y no sabe lo difícil y lo fácil que es esto y aquello y todos los viceversas que se os ocurran.

Ahora espero que escuchéis lo que dicen estas citas, profundas, todas de Dostoievski, del que se habla unas cuantas veces en la obra:

 - "A veces nos ocurre que personas a las que no conocemos nos inspiran un interés súbito cuando las vemos por primera vez, incluso antes de cruzar una palabra con ellas".  (Fiódor Dostoievski).

 - "Sólo se vive una vez, y yo no quiero esperar esa felicidad universal. Ante todo, quiero vivir. Si no sintiese este deseo, sería preferible no tener vida".  (Fiódor Dostoievski).

 - "El hombre que se miente a sí mismo y escucha su propia mentira llega a un punto en que no puede distinguir la verdad dentro de él y por tanto pierde todo respeto por sí mismo y por los demás".  (Fiódor Dostoievski).

 - "El secreto de la existencia humana está no solo en vivir, sino también en saber para qué se vive".  (Fiódor Dostoievski).

Besos y abrazos,

Don.

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