jueves, 29 de septiembre de 2022

¡Qué morbo!, la belleza está dentro de los matutinos

¡Buenos días!

De morbo nada, ¡eh!, que rezuman salud y belleza por todos sus poros, sin necesidad de tener que sajarlos ni hurgar malsanamente en sus adentros para que la luzcan con radiante generosidad, a flor de piel. Por lo que respecta a la meteorología, en el día de hoy el otoño parece haber vuelto a recuperar sus mejores constantes vitales, a saber, la nubosidad que se aprieta cada vez más y va cogiendo un sanote color gris, que viene a decirnos que antes o después a lo largo de esta jornada fluirán sus acuosos humores hacia el suelo, inequívoca señal de que todo le funciona con exultante normalidad. La máxima prevista para hoy por los madriles será de unos nada febriles 20ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Crímenes del futuro" ("Crimes of the future", 2022), de David Cronenberg, y con Viggo Mortensen, Léa Seydoux, Kristen Stewart, Scott Speedman, Don McKellar, y Welket Bungué. De este veterano director canadiense, de morbosas mirada y obsesiones hacia el mundo que le rodea (y hacia sí mismo), había visto hasta ahora algunas de sus anteriores películas: "Maps to the stars" (2014), "Cosmópolis" (2012), "Un método peligroso" ("A dangerous method", 2011), "Promesas del este" ("Eastern promises", 2007), y "Una historia de violencia" ("A history of violence", 2005), "Inseparables" ("Dead ringers", 1988), y "La mosca" ("The fly", 1986).

La especie humana se está adaptando a un nuevo entorno ultratecnificado y altamente contaminado y los cuerpos de algunos individuos están sufriendo extrañas mutaciones, además de haber desaparecido misteriosamente el dolor, lo que provoca que se sienta placer en su lugar aunque se esté gravemente herido, lo que hace pensar que una nueva especie está surgiendo y evolucionando. Un artista que, con la ayuda de una cirujana, su actual pareja, realiza públicas performances, conceptuales, radicales y vanguardistas, abriéndose en canal y exhibiendo públicamente sus órganos internos, de entre los más bellos de toda la humanidad, y extirpando y tatuando los nuevos órganos que, cual tumores, le van surgiendo continuamente y de los que no se sabe la función que cumplen en su cambiante organismo.

Una película un tanto pasada de rosca (nota: 3), más bien porque tanta torsión no sé si ha empeorado algo más el enfermizo enfoque del mundo que tiene este autor, aunque sin llegar a ser desagradable, pues casi que parecía un chiste a veces, pelín truculento. Aun así, en parte por la belleza de algunas de sus imágenes y escenas, me fascinó en esporádicos momentos, cual fugaces destellos, atrapando mi atención, normalmente dispersa en el sinsentido de su propuesta, que a veces se me reorientaba, no sé si por error. Esta peculiar fantasía nada utópica parece reflexionar sobre la evolución humana, su morbilidad y mortalidad (al final) a pesar de sus cuerpos cada vez más parecidos a un cíborg... no hay más que ver a cualquier paciente de hospital cuya piel está atravesada por variadas cánulas o por dispositivos más o menos autónomos incrustados en sus carnes que incluso a veces los mantienen en vida vegetativa, por no decir vegetal, así que no nos queda otra que comer plástico para sobrevivir... o morir.

Bueno, pues no enferméis de impaciencia, que ya está aquí la sabiduría ajena, con estas citas a modo de pildoritas:

 - "La investigación de las enfermedades ha avanzado tanto, que cada vez es más difícil encontrar a alguien que esté completamente sano".  (Aldous Huxley).

 - "Muchas veces nace la enfermedad del mismo remedio".  (Baltasar Gracián).

 - "La tecnología realmente ha reemplazado a la evolución natural. Nosotros mismos hemos tomado el control de la evolución sin ser realmente conscientes de ello. Ya no es el entorno el que afecta a los cambios del cuerpo humano, son nuestras mentes, son nuestros conceptos, nuestra tecnología lo que está haciendo eso"  (David Cronenberg, en 1983).

Besos y abrazos,

Don.

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