lunes, 12 de septiembre de 2022

Matutino consentimiento... y con sentimiento

¡Buenos días!

Siento que cada vez que me planto por estos lares matutinos, siempre con su explícito permiso, me siento libre de hacer lo que más me gusta, desparramar mi mente a su libre albedrío a sabiendas de que ellos me seguirán el juego y no me juzgarán, serenándose con ello mi ánimo, si es que acaso llegara a estar alterado. La mañana se nos ha despertado de gris nubosidad, que parece haber entrado de puntillas durante la noche para arroparnos con calidez sin que nos enteremos y que, según los pronósticos y conforme avance la jornada, descargará bastante agua, tan bienvenida y deseada que la abrazaré y retozaré con ella chapoteando en sus charcos, casi que lúbricamente. La máxima prevista para hoy por los madriles será de 32ºC.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "El acusado" ("Les choses humaines", 2021), de Yvan Attal, basada en la novela homónima (en francés) de Karine Tuil, y con Ben Attal, Suzanne Jouannet, Charlotte Gainsbourg, Mathieu Kassovitz, Pierre Arditi, Audrey Dana, Judith Chemla, y Benjamin Lavernhe. De este director francés (también guionista y actor) había visto tres de sus anteriores películas, "Buenos principios" ("Mon chien Stupide", 2019), "Una razón brillante" ("Le brio", 2017), y "Mi mujer es una actriz" ("Ma femme est une actrice", 2001).

Un joven ejemplar que está estudiando en una prestigiosa universidad estadounidense, hijo de una pareja de divorciados, él un mujeriego, veterano y afamado periodista de televisión al que van a conceder un premio, y ella una ensayista de radicales posiciones feministas que convive actualmente con otro hombre, vuelve a París por unos días para asistir a la entrega del premio a su padre. Cuando visita a su madre, conoce a la hija de su pareja y la invita a ir con él a una fiesta con sus amigos. Al día siguiente la chica presenta una denuncia contra él por violación, es detenido, y la vida y la armonía de ambas familias se ve sacudida y destruida. Dos años y pico después se celebrará el juicio en el que se confrontarán las encontradas versiones de lo sucedido.

Estupenda película (nota: 8) este drama familiar, y judicial, de creciente intensidad, que nos invita a reflexionar y dudar de nuestras convicciones, sean de un lado, del otro, o de en medio, al ponernos cual jurados ante tal tesitura, una presunta violación, en la que el acusado dice que fue una relación consentida y la víctima que se sintió violada, sin saber nosotros lo que realmente pasó, atendiendo tan solo a declaraciones de ambos, de los testigos, y a las pruebas periciales presentadas. Y si ya es difícil esto para los no involucrados, no digamos ya para los más allegados a víctima y denunciado, obnubilados por sus encontrados sentimientos.

Con inteligencia se muestran las complejidades de tales juicios, pues como se dice en algún momento de la historia, no hay una verdad, sino dos versiones del mismo hecho... lo que parece beber de esa obra maestra que es "Rashomon" (1950) de Akira Kurosawa, en la que varios testigos dan diferentes versiones sobre una violación y posterior asesinato, diferentes verdades, que conjuntadas nos permiten comprender que pudo haber sucedido. Además, de refilón, se confrontan los juicios mediáticos (en redes sociales), sin la más leve presunción de inocencia, instantáneos y tan sumarísimos como en una dictadura, con los regidos por el derecho, que ofrecen las necesarias garantías procesales para todos, priorizando el no penar a un posible inocente sobre el dejar impune a un posible delincuente.

Ahora, siento que ha llegado el momento de la sabiduría ajena, así que me tomo la libertad de dejaros este par de citas, lo que espero me disculpéis en caso de haberos importunado:

 - "Nadie puede hacer que te sientas inferior sin tu consentimiento".  (Eleanor Roosevelt).

 - "Uno no debe nunca consentir arrastrarse cuando siente el impulso de volar".  (Helen Keller).

Besos y abrazos,

Don.

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