viernes, 15 de abril de 2022

¡Qué corte, un marciano en la villa matutina!

¡Buenos días!

No me da la más mínima vergüenza decir que ese debo ser yo, yo solo, un tipo raro, algo o bastante desclasado, que no necesita que nadie le rodee y adule, que ya no tiene abuelas, cosas de la edad; y que además, ¡que a chulo a mí no me gana nadie!, que para eso soy gato de Madriz... o eso dice el tópico. Por lo demás, por mis bien amados madriles, se nos ha despertado, muy despejada, una soleadísima mañana de rebosante primavera, con toda una verbena floral por doquiera mires, y con 23ºC de máxima prevista para hoy, y subiendo en sucesivos días.

Ayer por la tarde estuve en el teatro viendo una obra del grupo Ron Lalá. Se trató de "Villa y Marte", dirigida por Yayo Cáceres, escrita por Álvaro Tato, e interpretada por Daniel Rovalher, Juan Cañas, Miguel Magdalena, Fran García, y Diego Morales. Es la cuarta obra que veo de este grupo teatral, tras "Andanzas y entremeses de Juan Rana", "Crimen y telón", y "Cervantina". En todas se mezclan, con sumo ingenio y gran humor, teatro y música en directo. Como dije las anteriores veces, sigo declarándome impenitente ronlalista, y en cuanto tengáis oportunidad de ver uno de sus montajes, os recomiendo muy encarecidamente que lo hagáis. ¡Requetemagníficos!, en todos sus aspectos, por sus interpretaciones y por el ingenio verbal de sus obras.

Ante el galopante deterioro del medio ambiente terrestre, una nave espacial española, más concretamente madrileña, tripulada por un capitán y su androide, viaja a Marte como avanzadilla para colonizar el planeta rojo. Cuando llegan, y para su sorpresa, se lo encuentran ya habitado por mutantes marcianos, prestos a celebrar en su ciudad Martid su popular verbena castiza ante la atónita mirada del terrícola extramarciano, que se siente como en casa. Además, su plan se complica todavía más al enamorarse el astronauta de una chulapa marciana de ocho ojos hechiceros, y al ser detectados y declarados como peligrosos inmigrantes espaciales.

Otro estupendo espectáculo de teatro total de estos excelentísimos Ron Lalá (nota: 8), con sus inconfundibles maneras en las que con mucho humor se entremezclan teatro y música (en directo), declamándose todo en rimados versos y canciones, jugueteando con las palabras. Especie de crónicas Madrid-marcianas, revisitación y modernización, con su muy particular estilo, de nuestros tradicionales sainetes y zarzuelas, en las que subyacen, como siempre en ellos, socarronas críticas y puyas (siempre muy ingeniosas e incluso taurinas esta vez), a diestro y siniestro, a nuestra sociedad y situación política, tan actual, tan picaresca como en el Siglo de Oro.

Pues este matutino chulapo,
que espero me haya quedado guapo,
debe ahora ser fiel a su cita,
antes de salir volando,
con la alienígena sabiduría
que quiero que acabe gustando:

 - "El mejor científico está abierto a la experiencia, y ésta empieza con un romance, es decir, la idea de que todo es posible".  (Ray Bradbury).

 - "El hombre que se muestre solícito y cortés con un extranjero demuestra que es ciudadano del mundo".  (Francis Bacon).

Besos y abrazos,

Don.

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